Al menos siete personas han muerto en Veracruz tras las lluvias intensas impulsadas por la tormenta tropical Priscilla y el eco del huracán Jerry, confirmó la gobernadora Rocío Nahle. El desbordamiento “ligero” del río Cazones en Poza Rica se volvió catastrófico en cuestión de horas, inundando calles y viviendas con torrentes de lodo.
La madrugada de este jueves dejó seis fallecidos inicialmente y cientos de evacuados. Vecinos como Victoria Flores, en la colonia Independencia a 15 metros del río, narraron que el agua llegó tan rápido que solo pudieron sacar a sus familiares. La casa de Victoria quedó casi cubierta y pérdidas totales de muebles y ropa.
A pesar del desastre, la respuesta gubernamental ya muestra grietas. La presidenta Claudia Sheinbaum calificó la operación como coordinada y humanitaria, pero en la práctica, la burocracia ralentiza los apoyos. Un censo de afectados se prolonga y la ayuda no llega de forma urgente a zonas aún inundadas.
La polémica también se extendió a nivel político. Mientras Sheinbaum defendió la desaparición del Fonden –fondo para atención de desastres– al criticar su corrupción en gobiernos anteriores, la realidad apunta a señalizaciones cruzadas. Exdirectores del fondo, como José María “Chema” Tapia Franco, ahora militantes de Morena, están activos en la política estatal.
Paralelamente, en el Congreso se discuten reformas a la Ley de Amparo que generan críticas fuertes de expertos y activistas por limitar el acceso a la justicia para la población vulnerable. Entre ellos, el académico Ernesto Villanueva advierte que esta justicia postergada es justicia negada.
Sin embargo, Arturo Zaldívar, coordinador general de Política y Gobierno de la Presidencia, negó que la ley tenga retroactividad y acusó a críticos, incluidos jueces retirados, de mentir deliberadamente. Sheinbaum reforzó esa línea manteniendo que quienes aseguran retroactividad solo buscan desacreditar.
Veracruz sigue en emergencia. Las lluvias no ceden y la descoordinación estatal y federal se refleja en la lentitud de la ayuda efectiva. Mientras la inundación arrasa hogares, las voces oficiales hablan de “situación controlada” y coordinación, distancia que se hace cada vez más evidente para los afectados.
