El Fondo Monetario Internacional volvió a presionar a Argentina esta semana para que reduzca la inflación y refuerce las reservas del Banco Central ante un escenario financiero crítico. Nigel Chalk, próximo director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, afirmó en Washington que las prioridades deben ser claras y urgentes: controlar la inflación y acumular divisas para sostener el plan de estabilización.
Chalk destacó que el organismo trabaja de la mano con Argentina y el Tesoro estadounidense para apoyar la estabilidad económica, en un contexto donde Estados Unidos activó un paquete de ayuda financiera en respaldo a la gestión de Javier Milei. Esta asistencia no se veía desde el terremoto de Japón en 2011 y busca evitar un posible default argentino.
En las próximas semanas, Argentina deberá afrontar vencimientos por casi 9.000 millones de dólares con bonistas privados y organismos multilaterales, un monto que el Banco Central no tiene disponible. Por eso, la coordinación con Washington es clave para reforzar las reservas y garantizar continuidad financiera, especialmente de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, mantuvo contactos directos con el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, mientras ambos funcionarios también buscaron apoyo en inversores y autoridades estadounidenses.
A pesar del respaldo técnico al plan económico actual, persisten las dudas sobre la estabilidad política y económica si el peronismo logra un avance en las elecciones de medio término. Caputo y Bausili insisten en la necesidad de mantener el programa de ajuste sea cual sea el resultado electoral.
“Buscamos un conjunto coherente de políticas macroeconómicas que incluyan medidas para reducir la inflación y acumular reservas, pero también políticas que sienten las bases para un crecimiento sólido y sostenido en Argentina”, dijo Chalk.
En paralelo, el respaldo financiero acordado tras el encuentro entre Donald Trump y Milei en la Casa Blanca aceleró el despliegue de medidas por parte del gobierno estadounidense, encabezadas por Scott Bessent, secretario del Tesoro norteamericano, para blindar la economía argentina.
La presión del FMI y la asistencia externa llegan en un momento clave para la economía argentina, que debe asegurar sus compromisos financieros y controlar la inflación recurrente para evitar un nuevo episodio de crisis y default. El foco está puesto en los próximos meses, donde la volatilidad política y financiera será un desafío central.
