El gobierno alemán se enfrenta a una intensa polémica interna por la propuesta de reintroducir un sistema de reclutamiento militar por sorteo para completar las filas de la Bundeswehr. La cuestión divide a la coalición en Berlín mientras la juventud del país ya está inquieta ante la creciente amenaza rusa en Europa del Este.
Desde la eliminación del servicio obligatorio en 2011, Alemania se ha basado exclusivamente en el voluntariado para incorporar nuevos soldados, apoyándose en campañas en redes sociales para mejorar la imagen militar en un país marcado por un fuerte pacifismo. Sin embargo, los conservadores, liderados por el canciller Friedrich Merz, consideran que esta estrategia es insuficiente y proponen que la próxima ley de defensa incluya un mecanismo de selección aleatoria en caso de escasez de voluntarios.
El ministro de Defensa Boris Pistorius, miembro del Partido Socialdemócrata (SPD), rechazó esta idea el martes, bloqueando un compromiso alcanzado previamente entre diputados conservadores y socialdemócratas. Pistorius argumenta que ese método atenta contra las libertades individuales y es contraproducente.
La negativa ha tensado aún más la coalición: Norbert Röttgen, vicejefe del grupo parlamentario conservador, acusó a Pistorius de “torpedear de frente un proceso legislativo crucial”. Merz expresó públicamente su simpatía por la propuesta de sorteo, reavivando el debate y poniendo en evidencia las profundas diferencias internas.
El presidente de la Asociación de Reservistas, Patrick Sensburg, también criticó la idea: “Parece un simple juego de azar, como tirar la moneda para decidir quién sirve”. En la opinión pública, muchos jóvenes comparten esa sensación de incertidumbre y rechazo. El estudiante Leonhardt Roitsche dijo: “Entiendo la necesidad de un ejército competente, pero un año obligatorio para los jóvenes no es la solución”.
De momento, la Bundeswehr cuenta con cerca de 180.000 militares activos y 49.000 reservistas. El proyecto de ley apunta a aumentar ese número hasta 460.000 para 2035, con 260.000 en activo y 200.000 en reserva, para cumplir el objetivo declarado por Merz de tener el ejército convencional más fuerte de Europa.
Expertos piden cautela. Rafael Loss, del European Council on Foreign Relations, advierte que crear la infraestructura para el reclutamiento y formación de nuevas tropas llevará años y una implementación apresurada podría debilitar la capacidad de combate a corto plazo. Patrick Keller, del centro DGAP, señala que la actual campaña de reclutamiento es necesaria pero difícil de sostener debido al envejecimiento demográfico y a la competencia por trabajadores.
El debate llega en un contexto complicado, marcado por dudas sobre el compromiso militar de Estados Unidos bajo Donald Trump y las ambiciones crecientes de Vladimir Putin en la región. Alemania busca reforzar su defensa sin perder de vista la resistencia interna a retornar a políticas más intervencionistas.
