El gobierno alemán impulsa una controvertida reforma para su servicio militar que pone en jaque a la sociedad. A partir de 2026, los hombres de 18 años podrían ser seleccionados por sorteo para cumplir servicio, en un intento por aumentar las tropas a 260.000 soldados para 2035, frente a los 180.000 actuales.
La iniciativa busca enfrentar tensiones generadas por la guerra en Ucrania y la incertidumbre sobre la continuidad del apoyo estadounidense en la OTAN. El Ministerio Federal de Defensa, bajo el SPD, propone que los jóvenes respondan primero a un cuestionario online para evaluar aptitudes y motivaciones. Luego, una parte sería elegida al azar para pasar exámenes médicos y entrevistas que determinen su incorporación.
La medida ha desatado rechazo: 63% de los jóvenes entre 18 y 29 años están en contra del servicio militar obligatorio. Los testimonios críticos son directos y duros. Un joven declaró a un medio alemán que ni siquiera si es seleccionado se presentará voluntariamente y buscará formas de evitarlo. Otra voz alerta sobre el dilema moral que implica sortear quién podría “matar o morir” en un conflicto.
El debate resalta tensiones políticas y sociales en Alemania, país marcado por su pasado y su actual papel en la política de defensa europea. La reforma busca reforzar el ejército y su capacidad disuasoria, pero choca con un sentimiento pacifista fuerte en la sociedad joven.
La propuesta todavía debe pasar por votación y genera división incluso dentro de partidos políticos y expertos en defensa. Por ahora, el pulso del reclutamiento vuelve a encender uno de los debates más sensibles para Berlín desde la Segunda Guerra Mundial.
