El próximo 25 de octubre, 8,7 millones de marfileños acudirán a votar para elegir entre cinco candidatos a la presidencia. A medida que la campaña entra en su fase final, un desafío enorme sigue invisibilizado: el crecimiento demográfico acelerado del país.
En ciudades como Daloa, tal y como recogieron los reportajes y gráficos de Jeune Afrique, la presión de una población joven en constante aumento exige medidas urgentes para adaptar la economía y los servicios básicos. Sin embargo, este tema apenas ha estado presente en los debates y propuestas oficiales.
Este crecimiento no es un asunto menor. Se espera que en las próximas décadas la demanda en vivienda, educación, empleo y salud se dispare, poniendo a prueba cualquiera que asuma el poder tras las elecciones. Los candidatos prefieren centrarse en la seguridad, la estabilidad política y la economía, dejando a un lado la cuestión demográfica que influirá en todos esos sectores.
Analistas macroeconómicos advierten que sin un plan claro para gestionar esta realidad, Costa de Marfil enfrentará enormes retos sociales y económicos que podrían afectar la paz y la prosperidad. La próxima presidencia tendrá que poner este problema en la agenda desde el primer día para evitar crisis futuras.
Con las urnas acercándose, los votantes marfileños deberán decidir si confían en quienes priorizan lo inmediato o en quienes ofrezcan una solución para la realidad demográfica que ya golpea al país.
