El tercer Shanghai–London Screen Industry Forum reunió esta semana a cineastas británico-asiáticos con productores y ejecutivos chinos para abrir puertas en el mercado audiovisual de China, uno de los más grandes y selectivos del mundo.
El auditorio estuvo lleno durante las paneles y talleres donde más que discursos, abundaron los intercambios de ideas y contactos comerciales. Para cineastas que trabajan temas de identidad y pertenencia, esta es una oportunidad única para mostrar su talento en una plataforma internacional, establecer contactos con directores chinos y negociar coproducciones que rompen barreras culturales.
“Es invaluable porque no puedes crear globalmente si no hablas globalmente”, dijo un participante llamado Khan tras una de las sesiones.
El evento no solo atrajo a nombres consagrados, sino a jóvenes realizadores que aprovecharon el espacio para realizar pitchings y recibir mentoría sobre producción y distribución global. La mezcla generacional fortalece la red entre Shanghái y Londres, que ya tiene tres encuentros anuales y genera oportunidades que superan la duración del foro.
En el foco están proyectos como micro-dramas y formatos verticales para apps, que siguen creciendo en mercados internacionales como EE. UU., Canadá, Australia y Europa. Según Roy Lu de Linmon International, “el contenido vertical es donde está el futuro”.
También hubo interés por programas para niños y deportes. Jiella Esmat, de 8Lions, presentó Touch Grass, una serie infantil con temática futbolística que busca conectar a las familias a nivel global a través del deporte.
Otro foco es la adaptación cultural de formatos chinos exitosos. Lu destacó Nothing But 30, que suma 7 mil millones de streamings en China y ahora prepara una versión en inglés ambientada en Londres, con una reescritura cultural y no una simple traducción.
Según Jason Zhang, de Stellar Pictures, “las audiencias internacionales se enganchan cuando la cultura no es sólo escenografía, sino parte del guion”. Cedric Behrel de Trinity CineAsia añadió que las co-producciones ayudan a ofrecer contexto sin diluir las historias, crucial para públicos que no conocen cuentos tradicionales chinos como Journey to the West.
Pero para la industria, no basta la creatividad, el éxito depende de la viabilidad económica. Lu insistió en “elegir el mercado adecuado para que el proyecto sea rentable”. Esmat comparó las coproducciones con un matrimonio, donde “los equipos multiculturales saben qué funciona globalmente y cómo hacerlo bien”.
El foro también impulsa la siguiente generación con el UK-China Film Collab’s Future Talent Programme, que este año apoya a ocho estudiantes y recién graduados con acceso a mentoría, festivales y experiencia práctica. Los egresados ya trabajan como periodistas acreditados, productores en Beijing y curadores en el National Gallery de Londres.
Adrian Wootton OBE enfatizó:
“Existimos gracias a asociaciones, redes y colaboraciones”.
Yin Xin, de Shanghai Media Group, destacó que las reuniones en Londres, Shanghái y Hong Kong crean un caldo de cultivo intensivo para ideas y acuerdos. Actor y director Zhang Luyi resumió la esencia del evento:
“El intercambio cultural no es contar tu historia a otros, es crear historias juntos”.
El Shanghai-London Screen Industry Forum ya no es solo un espacio para hablar: es una plataforma real que convierte ideas en producciones concretas, abriendo paso a cine británico-asiático en China y facilitando la internacionalización del talento.
