Un robo audaz y selectivo sacudió el Museo del Louvre en París el 19 de octubre de 2025. Ladrones ingresaron alrededor de la apertura del museo y se llevaron varias joyas napoleónicas de valor incalculable.
Según confirmó la ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, los delincuentes usaron un montacargas vinculado a las obras de restauración en curso para entrar al edificio. Una vez dentro, rompieron una ventana y accedieron directamente a la Galería Apolo, donde se exhiben las reliquias imperiales.
Pese al valor y renombre del Diamante Regente, una gema de 140 quilates famosa internacionalmente y vinculada a Napoleón Bonaparte, los ladrones lo dejaron intacto. En cambio, se llevaron otras piezas y abandonaron rota y en plena calle la corona de la emperatriz Eugenia, una de las piezas más emblemáticas del robo.
Este modus operandi desconcertó a las autoridades y expertos. El Regente es casi imposible de vender por su reconocimiento mundial, lo que podría explicar que lo hayan evitado. Pero la hipótesis de que dejaron la piedra para distraer o enviar un mensaje está sobre la mesa.
La policía científica acordonó la zona y analiza las cámaras de seguridad dentro y fuera del museo. Fuentes cercanas a la investigación indicaron que el operativo fue “altamente planificado” y que los ladrones podrían tener información interna sobre la estructura y la seguridad del Louvre.
La ministra Dati mantiene hermetismo mientras avanza la investigación en uno de los golpes más audaces contra el patrimonio francés en años. El diamante Regente sigue protegido y bajo estrictas medidas en el Louvre, que hoy evalúa reforzar su seguridad en todas las galerías.
