El investigador Jorge Mira, profesor en la Universidade de Santiago de Compostela, salió al paso del debate sobre la eliminación del cambio horario en España tras el anuncio del presidente Pedro Sánchez.
Sánchez confirmó que propondrá en el Consejo Europeo cumplir la votación del Parlamento Europeo de 2018 para acabar con el cambio de hora en 2026, alegando que ya no tiene sentido, no ahorra energía y afecta negativamente a la salud.
Pero Mira defiende el sistema diciendo que “el reloj no conoce estaciones” y que el cambio horario es necesario para adaptar la rutina al giro de la Tierra y a la inclinación solar. “En Kenia el sol sale y se pone igual todo el año, aquí no, en España hay diferencias de hasta tres horas entre verano e invierno”, explicó.
Según Mira, eliminar el cambio haría que en Galicia amaneciera entre las 9 y las 10 de la mañana en invierno, un horario que considera retrasado para la actividad social y económica, mientras que en la costa mediterránea amanecería muy temprano, entre las 5 y las 6, horas en que casi nadie está despierto.
El investigador comparó la incomodidad inicial del cambio con la vacuna: “Es un pinchazo molesto pero beneficioso a largo plazo”. Además, advirtió que mantener una hora fija todo el año sería como usar una sola ropa para todas las estaciones: incómodo e ineficiente.
En cuanto al impacto sobre el turismo en el Mediterráneo, Mira advierte que perder la hora de sol en la tarde afectaría la actividad del sector, ya que se quitaría luz para momentos de máxima afluencia y se ganaría luz cuando pocos la disfrutan.
En definitiva, Mira sostiene que la sociedad y el tejido económico ya se ajustaron históricamente al cambio estacional y que eliminarlo sería un paso atrás, con efectos variados según la zona geográfica de España.
“Si no hacemos el cambio, unas zonas se levantarían de noche y otras perderían horas de sol activo en verano”, dijo Mira.
