El PSOE de Pedro Sánchez mantiene y refuerza su alianza parlamentaria con EH Bildu, un acuerdo que genera polémica por el pasado vinculado al terrorismo de ETA de la formación vasca.
Esta relación ya no se limita a una mera estrategia de supervivencia política: supone una renuncia moral que irrita a las víctimas del terrorismo y cuestiona la coherencia histórica del socialismo español. Durante décadas, el PSOE fue un símbolo sólido contra ETA y defensor de la constitucionalidad, pero hoy forma gobierno con quienes nunca han condenado sin titubeos ni autocrítica el terrorismo que asoló el País Vasco.
La dirección socialista defiende que este acercamiento busca la “normalización democrática” y el diálogo con todos los actores políticos, pero muchos consideran que con EH Bildu no se puede hablar sin poner en la balanza la memoria de las víctimas. El partido vasco ha conseguido ahora una interlocución privilegiada en Madrid y está tomando protagonismo decisivo en reformas sociales, presupuestos y leyes de vivienda.
La gran beneficiada
EH Bildu aparece fortalecida y más legitimada que nunca. Según analistas, la coalición usa el apoyo a propuestas progresistas para blanquear su imagen y avanzar en sus objetivos independentistas, ahora con la complicidad tácita de un PSOE centrado en mantener el poder por encima de todo.
Los viejos valores que asociaban al PSOE con la defensa de la democracia y la lucha contra el terrorismo parecen diluirse bajo un cálculo político que pone los intereses inmediatos por delante de cualquier compromiso ético. La memoria histórica se sacrifica en pos de la gobernabilidad y eso deja heridas abiertas entre aquellas víctimas que buscaron en el PSOE una voz firme.
El pacto no solo simboliza un cambio en las prioridades de la izquierda española, también revela el desgaste moral que vive la política nacional, donde el “diálogo con todos” oculta que no todos respetan igual los valores democráticos básicos.
En definitiva, el PSOE lidera un Gobierno que ha aceptado la presencia institucional de EH Bildu sin exigirle una condena clara y sin reparar en el daño que esta alianza provoca en el recuerdo y la dignidad de las víctimas del terrorismo.
