Equipos de demolición comenzaron hoy los trabajos para derribar parte de la fachada este de la Casa Blanca en Washington D.C. El objetivo es construir el salón de baile que el presidente Donald Trump lleva años promoviendo.
El proyecto contempla anexar una estructura de aproximadamente 8,300 metros cuadrados, que casi duplicará el tamaño total de la Casa Blanca, incluyendo las alas este y oeste. El costo de la obra se estima en 250 millones de dólares. Según Trump, el nuevo salón tendrá capacidad para 650 personas.
El proceso ya causó daños visibles en la estructura original del ala este. Imágenes y videos muestran maquinaria pesada realizando trabajos de demolición mientras miembros del Servicio Secreto y otros observadores se colocaban en las escaleras del Departamento del Tesoro cercano para vigilar la obra.
Esta fase inicial contradice la promesa de Trump de que la construcción no afectaría al edificio actual. Personas que pidieron anonimato describieron el proceso como complicado y dejaron claro que los trabajos ya generan preocupación sobre la integridad histórica del recinto.
El Washington Post reportó que los sonidos de maquinaria pesada resonaron toda esta mañana en los predios de la Casa Blanca, donde la seguridad ha incrementado la vigilancia.
Este proyecto ha impulsado un debate intenso sobre la preservación histórica y los límites del poder presidencial, pero Trump continúa adelante en su apuesta por transformar la residencia oficial del presidente de Estados Unidos.
