Un robo a plena luz del día sacude al Museo del Louvre en París. Ladrones expertos sustrajeron varias joyas históricas de valor patrimonial incalculable que forman parte del acervo nacional francés, confirmó el ministro de Justicia, Gérald Darmanin.
El ministro reconoció que las autoridades fallaron en proteger el recinto. “Hemos fallado”, declaró en entrevista para la radio France Inter. Los ladrones ejecutaron una operación rápida, incluso usaron un montacargas en la vía pública para acceder y extraer las piezas en cuestión.
Las joyas robadas incluyen la emblemática diadema de perlas que perteneció a la emperatriz Eugenia, realizada por el joyero Alexandre-Gabriel Lemonnier poco después de su boda con Napoleón III en 1853. La corona de Eugenia también fue robada, pero abandonada en la huida.
Además, desaparecieron el collar y pendientes de zafiros usados por la reina María Amelia y la reina Hortensia, madre de Napoleón III. Estas piezas tienen una conexión directa con figuras históricas como la emperatriz Josefina y posiblemente la reina María Antonieta, según expertos.
También faltan un collar y pendientes de esmeraldas que Napoleón I regaló a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa. Todas estas joyas llegaron al Louvre en décadas recientes: el conjunto de esmeraldas en 2004, el collar de zafiros en 1985 y la diadema y broche de Eugenia entre 1992 y 2008.
Especialistas advierten del riesgo de que las piezas sean desarmadas para traficar con sus piedras preciosas. “Si no se recuperan pronto, desaparecerán para siempre”, alertó el historiador Vincent Meylan.
El ministro del Interior, Laurent Nuñez, confirmó que los autores son ladrones experimentados, probablemente extranjeros, y que podrían estar relacionados con otros robos similares.
Por ahora, el Louvre permanece cerrado mientras continúa la investigación y las autoridades intentan rastrear las piezas. El robo proyecta una imagen “muy negativa” para Francia y abre el debate sobre la seguridad en uno de sus museos más emblemáticos.
