El ejercicio supervisado por fisioterapeutas está ganando terreno como complemento clave en el tratamiento del cáncer. Diversos estudios recientes confirman que este tipo de actividad física mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes oncológicos, reduce la fatiga y fortalece tanto el cuerpo como la mente.
La fatiga es uno de los síntomas más frecuentes y debilitantes durante el tratamiento de cáncer. Sin embargo, la evidencia demuestra que el ejercicio pautado y controlado, lejos de agotar a los pacientes, ayuda a mitigar esta sensación, favoreciendo una mejor tolerancia a la quimioterapia y otras terapias.
Estos programas de fisioterapia están diseñados específicamente para las necesidades de cada paciente, ajustando intensidad y tipo de ejercicios para evitar riesgos y optimizar beneficios. Más allá del aspecto físico, los expertos destacan que recuperan también la confianza y el ánimo.
En España, centros especializados en oncología incorporan cada vez más este enfoque multidisciplinar. Pacientes y médicos coinciden en que el ejercicio supervisado ofrece un alivio efectivo y un impacto positivo en la recuperación y bienestar general.
El mensaje es claro: el movimiento pautado no solo es seguro sino recomendado para quienes enfrentan un diagnóstico oncológico. La fisioterapia se confirma como un aliado médico fundamental para enfrentar el cáncer con mayor resistencia física y mental.
