Mohammed VI presidió este domingo 19 de octubre en Rabat un Consejo de Ministros clave que marca un punto de inflexión tras las protestas masivas de la generación GenZ en Marruecos.
Las demandas de jóvenes y activistas, que exigían poner fin al “Marruecos de dos velocidades” y combatir la corrupción, ya tienen respuesta oficial. El Consejo aprobó las bases para reformas sociales y políticas importantes, centradas en salud, educación y transparencia. El rey instó a acelerar la implementación de estas medidas a partir de 2026.
El programa financiero para 2026, presentado durante la sesión, contempla recursos específicos para reducir desigualdades regionales, especialmente en áreas afectadas por eventos naturales como el terremoto de Al Haouz, devastado hace poco más de un año. En la reunión también se aprobaron dos proyectos de ley orgánicos y decretos militares, junto con una serie de nombramientos claves para asegurar el seguimiento del plan.
El movimiento GenZ, que retomó fuerza durante el año con manifestaciones masivas en varias ciudades marroquíes, exigió consecuencias concretas a largo plazo más allá de palabras. El monarca respondió con una convocatoria clara y sin precedentes al aparato gubernamental para ajustar el modelo socioeconómico.
No hay detalles aún sobre cifras específicas de inversión ni fechas exactas para la implementación de cada medida, pero la señal política es clara: Marruecos busca cerrar la brecha entre regiones ricas y marginadas, mejorando sistemas de salud y educación, mientras fortalece mecanismos anticorrupción.
Este giro llega en un contexto regional donde la presión social por reformas profundas aumenta y la juventud reclama mayor participación y justicia social. Las próximas semanas serán decisivas para saber si esta hoja de ruta logra calmar las tensiones persistentes.
Mientras tanto, el país sigue recuperándose de los daños del seísmo de Al Haouz, con una estrategia nacional impulsada desde el Palacio Real para la reconstrucción y modernización de las zonas afectadas. Este trabajo es un banco de pruebas para las políticas anunciadas.
La génesis de estas reformas se ancla firmemente en el clamor social, y Mohammed VI ha dejado claro que la respuesta será gradual pero firme. Todo apunta a que 2026 será un año de transición y cambios tangibles en Marruecos.
