Un gendarme marfileño murió tras recibir disparos en el sur de Costa de Marfil durante una misión de patrulla en la zona de Agboville, cerca de Grand Yapo, según informó la gendarmería nacional. El oficial, un subteniente, fue alcanzado en el hombro y abdomen y falleció antes de recibir atención médica.
Paralelamente, un manifestante perdió la vida después de una persecución en el centro-oeste, en el eje Daloa-Issia, cuando las fuerzas de seguridad desmantelaban barricadas instaladas en protesta. El hombre fue hospitalizado tras sufrir dificultad respiratoria y murió, según confirmó el fiscal local, que abrió una investigación para aclarar las circunstancias.
Estos hechos ocurren en un contexto de creciente tensión política en el país. Desde hace una semana se registran manifestaciones esporádicas, especialmente en regiones históricamente favorables a la oposición, mientras se acerca la primera vuelta presidencial prevista para este domingo.
La oposición sigue denunciando la exclusión de sus dos candidatos principales: el expresidente Laurent Gbagbo y el empresario Tidjane Thiam, y mantiene el llamado a protestas que el gobierno ha prohibido, alegando riesgos de desórdenes públicos. Más de 700 personas han sido detenidas, algunas acusadas de terrorismo, y al menos treinta han sido condenadas a tres años de cárcel por alteración del orden.
La semana pasada, otro manifestante fue abatido a tiros en Bonoua, en el sur, por individuos no identificados, según la policía local. Así, la violencia de las manifestaciones está marcando el clima político en la previa a las elecciones, manteniendo en alerta a las autoridades.
En carrera electoral están el presidente Alassane Ouattara y cuatro candidatos de oposición: Jean-Louis Billon, exministro y disidente del PDCI; dos antiguos aliados de Gbagbo en ruptura con él, su exesposa Simone Ehivet Gbagbo y Ahoua Don Mello, exministro; y Henriette Lagou, candidata en 2015.
La gendarmería no ha identificado aún a los responsables del ataque que costó la vida al oficial en Agboville ni de la violencia reciente en Daloa-Issia. Las fuerzas de seguridad mantienen operativos para controlar las protestas en toda la región.
El país se prepara para una elección presidencial que promete seguir impactando su estabilidad política y social, con signos evidentes de tensión y conflicto armado en zonas claves.
