El gobierno francés toma nuevas medidas para garantizar la suspensión de la reforma de las pensiones que eleva la edad legal a 64 años, ante la creciente desconfianza de la izquierda y el Partido Socialista (PS).
Este martes, el primer ministro Sébastien Lecornu anunció que ha enviado al Consejo de Estado una carta rectificativa para incluir formalmente la suspensión de la reforma en el proyecto de presupuesto de la Seguridad Social, en caso de que el texto sea aprobado mediante órdenes ejecutivas.
Este procedimiento nunca antes usado para un proyecto de ley de finanzas está pensado para asegurar el compromiso del ejecutivo en un contexto parlamentario complejo y dividido, donde la izquierda amenaza con derribar al gobierno si no se cumple la promesa de suspender la reforma.
La maniobra busca tranquilizar al PS, que mantiene serias dudas tras los mensajes contradictorios del presidente Emmanuel Macron. Pese a la aceptación de los socialistas de no impulsar una moción de censura a cambio de esta suspensión, Macron sembró incertidumbre al afirmar que no se trata ni de una abrogación ni de una suspensión definitiva y que un referéndum sigue siendo posible.
Desde hace días, las declaraciones del gobierno sobre cómo concretar la suspensión son confusas. Por ejemplo, el ministro del Trabajo, Jean-Pierre Farandou, mencionó un proyecto de ley formal, mientras Lecornu señala un simple enmienda al presupuesto como vía.
El reto mayor sigue siendo la aprobación del presupuesto de la Seguridad Social. Este texto incluye recortes sensibles, como el congelamiento de prestaciones sociales, eliminación de 4.000 puestos docentes y reducción del gasto hospitalario, que enfrentan fuerte rechazo de la izquierda.
Si no se logra un acuerdo en la Asamblea o en la Comisión Mixta Paritaria (CMP) con el Senado –dominada por la derecha y firme partidaria del aumento de la edad de jubilación–, el gobierno recurrirá sin duda a las órdenes ejecutivas para hacer pasar el presupuesto y, con ello, la suspensión.
La carta a Consejo de Estado busca validar la inclusión de la suspensión en este escenario excepcional, cuando el proyecto original no contempla esa medida. Este jueves el Consejo de Ministros se reunirá específicamente para tratar este asunto, con la participación de Macron vía videoconferencia.
El presidente de los diputados socialistas, Boris Vallaud, saludó la iniciativa de Lecornu, que le da un respiro para negociar, aunque el clima sigue siendo tenso e incierto.
Por ahora, no hay confirmación oficial sobre si se presentará finalmente un enmienda gubernamental o si el gobierno apuesta definitivamente por las órdenes ejecutivas. Los plazos parlamentarios limitados y la división profunda hacen que esta última opción gane terreno.
Este es un movimiento inédito e histórico en la V República, que dibuja una crisis política aguda y una batalla clave en el futuro de la reforma de pensiones en Francia.
