Javier Milei anunció que después de las elecciones nacionales del domingo comenzará a redefinir la composición de su Gabinete para el segundo tramo de su mandato. El presidente aseguró que necesitará “un entramado” político que le permita avanzar con las reformas de segunda generación, confirmó hoy en una entrevista por la Televisión Pública.
La administración actual cuenta con nueve ministerios, cinco secretarías presidenciales y la Jefatura de Gabinete, pero las renovaciones ya se están conversando en la mesa chica. Tres ministros están en camino a asumir cargos legislativos: el secretario de Comunicación y Medios Manuel Adorni irá a la Legislatura porteña; y se da por seguro que Luis Petri (Defensa) y Patricia Bullrich (Seguridad Nacional) lograrán bancas de diputado y senadora nacional, respectivamente.
Adorni será reemplazado por su mano derecha, Javier Lanari, quien ya piensa en sumar a un periodista o experto en medios para apoyar la nueva gestión. Por su parte, el vocero presidencial -cercano a Karina Milei, hermana del presidente- podría regresar pronto en un puesto más jerárquico que integre vocería, control de medios públicos y coordinación, como garante del “karinismo puro”.
En Defensa, el reemplazo que recomiende Petri genera debate interno. Luciana Carrasco, jefa de Gabinete, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac, son los nombres mejor valorados. Carrasco es técnica pero carece de respaldo político propio y vinculación con el mileísmo. Isaac, militar, tiene experiencia y vínculos estrechos con Estados Unidos, escenario clave para la política exterior de Argentina, pero pone condiciones económicas difíciles para asumir.
Se estima que Defensa pueda quedar para una figura del PRO, parte de un posible acercamiento político de Milei con Mauricio Macri. Rodrigo de Loredo, el radical, había sonado como potencial candidato, pero perdió terreno.
En Seguridad Nacional, Bullrich quiere a Alejandra Monteoliva como sucesora, mientras que también resuena Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero y electo senador provincial. Bullrich dejó en claro que quiere asegurarse una ministra de su confianza en la sucesión. Sin embargo, en Casa Rosada evalúan una posible fusión entre Seguridad y Justicia, lo que complicaría la cartera.
Mariano Cúneo Libarona, actual ministro de Justicia, no continuará por desgaste en el cargo. Entre los aspirantes aparece Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón y también legislador provincial, mientras que Sebastián Amerio, secretario de Justicia y operador principal del asesor presidencial Santiago Caputo, se mantiene en las sombras pero está en consideración.
Caputo, hombre clave en Justicia y cercano a Milei, busca consolidar su influencia y evitar que dirigentes ligados a Macri ingresen en esa área. Incluso analiza reconfigurar el Ministerio del Interior para sumar interlocutores provinciales que ayuden a la gobernabilidad. Se barajan nombres de figuras como Diego Santilli y también de Loredo para fortalecer puentes con gobernadores.
En la Cancillería la salida más probable es la de Gerardo Werthein, que se habría comunicado con Milei para confirmar que no seguirá si Caputo crece en el poder, dado que Werthein tiene mejor relación con Karina Milei que con el asesor presidencial.
El rol de Caputo genera tensiones internas. El jefe de Gabinete pidió públicamente que funcionarios como él tengan cargos formales para asumir responsabilidades. Esto exacerba una disputa entre el asesor y otros miembros clave del Gobierno. Milei ya empoderó a su jefe de Gabinete como válvula reductora de esas tensiones.
Finalmente, la coalición oficialista enfrenta el desafío de negociar con las provincias para asegurar quórum en Diputados. Martín Menem, presidente actual de la Cámara, busca sostener su posición frente a intendentes y diputados libertarios que piden un recambio total en la presidencia de la Cámara. La capacidad de La Libertad Avanza para avanzar dependerá de estos equilibrios políticos en las semanas que vienen.
