Un grupo de cuatro ladrones disfrazados de operarios robó esta mañana joyas históricas del Louvre durante un atraco relámpago en París. El golpe duró apenas siete minutos y ocurrió cerca de la Galerie d’Apollon, donde se exhiben las piezas más valiosas de las joyas de la corona francesa.
A las 9:30, tres de los asaltantes usaron una plataforma elevadora para subir al primer piso y forzar una ventana. Amenazaron a los guardias de seguridad y emplearon una radial para abrir las vitrinas. Se llevaron varias piezas, entre ellas la corona de la emperatriz Eugenia con más de 1.300 diamantes y 56 esmeraldas, una tiara y broche de Eugenia de Montijo, y joyas que pertenecieron a emperatrices y reinas francesas, incluida María Amalia, última reina de Francia.
Al huir, los ladrones dejaron caer la corona de Eugenia y trataron de incendiar el camión que usaban sin éxito. Escaparon en scooters y no han sido detenidos hasta ahora. El robo complica el valor de las piezas, pues sus gemas antiguas suelen ser difíciles de vender en conjunto y probablemente sean desmontadas para venderse por separado.
El ministro de Justicia francés, Gérald Darmanin, criticó la falta de seguridad y advirtió que el incidente daña la imagen de Francia:
“Lo cierto es que hemos fallado, permitiendo que estacionen un elevador en pleno París y roben joyas incalculables en minutos”
.
El Louvre no es ajeno a grandes robos; el más famoso fue en 1911 cuando Vincenzo Peruggia sustrajo la Mona Lisa y se convirtió en un fenómeno mediático que aumentó la fama de la obra. Este nuevo robo, sin embargo, golpea directamente a la historia francesa y su patrimonio más preciado, con joyas reales que difícilmente podrán ser recuperadas intactas.
El museo está actualmente en fase de restauración, lo que facilitó el acceso a los delincuentes por ese lado menos protegido del edificio. También este punto tiene una historia oscura: en 1572, desde estas ventanas el rey Carlos IX disparó contra protestantes durante la masacre de San Bartolomé.
El Louvre ahora valorará si expone las vitrinas dañadas como parte de la historia del robo para atraer visitantes, como sucedió con la Mona Lisa después de su secuestro.
Este robo se suma a otros casos recientes internacionales tan espectaculares como el asalto al Green Vault de Dresde en 2019 o el robo del “Big Maple Leaf” de oro en Berlín, recordando que los museos siguen siendo blancos vulnerables a los crímenes organizados.
No se descarta que las joyas sirvan como moneda de cambio en redes criminales o se desguacen para su venta ilegal. Las autoridades continúan investigando y reforzando la seguridad para evitar futuros incidentes.
