Constanza Pérez Haro, periodista española y corresponsal de guerra en Ucrania, contó hoy su experiencia cubriendo el conflicto durante la entrega del XIII Premio Colombine de Periodismo, que honra el legado de otra almeriense pionera, Carmen de Burgos.
Pérez Haro, de 30 años, narró la incertidumbre y el miedo que vivió al entrar por primera vez a Ucrania con soldados armados alrededor. “No era habitual ver a un soldado con metralleta entrar al supermercado”, dijo para describir una nueva realidad cotidiana en zonas de guerra. Durante su intervención subrayó que más que el género, lo importante en este trabajo es la “credibilidad, el corazón y el alma con el que se informe y con el que se cuenten las historias”.
Mencionó que sólo el 30 a 35% de quienes cubren conflictos bélicos como Ucrania, Siria o Gaza son mujeres. Recordó además el aislamiento que se puede sentir en el terreno cuando la mayoría de compañeros son hombres. “A veces me sentía un poco excluida cuando primero mostraban los drones a mis compañeros soldados”, reconoció. Pero también hubo gestos de protección,“como si les recordara a una hija ausente hace meses”.
Denunció que la profesión no es respetada en zonas de guerra. En Bagmut, ciudad del Donbass, contó que pese a llevar chaleco antibalas y casco blanco con identificación de prensa, sus compañeros y ella fueron atacados por francotiradores. Recordó la cantidad de periodistas y voluntarios muertos, asesinados sin importar las medidas de identificación.
Mostró una bala y un cuchillo que le regaló un soldado que le salvó la vida al evitarle entrar a una trampa mortal en una zona ocupada por el ejército ruso. “Esto es un recuerdo permanente de aquellas personas y su historia”, dijo.
Sobre su vocación, la periodista comentó que su familia entiende el riesgo y miedo “pero saben que es nuestro propósito y lo que nos mueve”. Ha recorrido todos los formatos: radio, prensa escrita y televisión, aunque destaca la corresponsalía en zonas de conflicto como lo más relevante de su carrera.
Reiteró que el periodismo en zonas bélicas debe seguir, ya que evita la deshumanización y aporta “verdad y datos que importan”. Se negó a aceptar que el género debe marcar la diferencia en esta labor: “Lo que importa es la credibilidad y contar historias, no ser mujer u hombre”.
El premio Colombine, respaldado por la Asociación de la Prensa y patrocinado por Fundación Unicaja y Cosentino, honró así a una joven reportera que ejemplifica el compromiso periodístico en uno de los escenarios internacionales más peligrosos del momento.
