Warner Bros. Discovery comenzó esta semana a pedir a posibles compradores que firmen acuerdos de confidencialidad antes de compartir información financiera sensible, confirmaron fuentes cercanas a la empresa.
La medida es un paso crucial en la estrategia para concretar la venta de parte o toda la compañía, incluyendo los estudios cinematográficos y activos de streaming bajo Warner Bros., HBO y CNN.
Hasta ahora, Paramount Skydance Corp. ha hecho tres ofertas por las acciones de Warner Bros., que van de US$19 a casi US$24 por acción. Todas fueron rechazadas por considerarse insuficientes. En su propuesta más reciente, Paramount elevó la parte en efectivo del 60% al 80% y ofreció US$2.100 millones para compensar a los accionistas si el acuerdo no recibe aprobación, según reportó el New York Times.
El CEO de Warner Bros., David Zaslav, comunicó a líderes internos que el grupo evalúa dividir los negocios, separando canales de cable como CNN y TNT para enfocarse en Hollywood y el streaming de HBO Max. La división estaría lista para el próximo año.
Además de Paramount, están interesados nombres potentes como Netflix, Comcast, Amazon y Apple, aunque ni Amazon ni Apple confirmaron oficialmente su interés.
Las ofertas reviven un mercado muy competitivo de medios donde la consolidación y la cartera de contenidos son claves para mantener suscriptores frente a la competencia feroz entre plataformas.
Una fusión o venta podría afectar el panorama global del entretenimiento en streaming, debido a que muchos usuarios comparten suscripciones entre HBO Max y otras plataformas como Netflix.
Warner Bros. Discovery reaccionó con una revisión estratégica tras recibir consultas no solicitadas de varios interesados en comprar la compañía o sus divisiones.
El CEO de Paramount, David Ellison, señaló recientemente que los estudios deben aumentar su oferta de películas y programas para competir en el mercado actual. Paramount incluso ofreció a Zaslav un cargo de codirector ejecutivo en caso de fusión.
Mientras el proceso avanza, Warner Bros. mantiene en vilo a la industria con una decisión que marcará el rumbo del entretenimiento global y el futuro de sus operaciones en cine, TV y streaming.
