Estados Unidos endurece su ofensiva sobre recursos estratégicos clave con sanciones al petróleo ruso y una disputa creciente con China por el uranio de Argentina.
Las sanciones estadounidenses al petróleo ruso se mantienen firmes en un intento por debilitar la economía de Moscú. Paralelamente, EE. UU. presiona sobre la cadena de suministro del uranio, un mineral vital para la energía nuclear, en uno de sus principales frentes con China.
Mientras tanto, la OTAN discute un aumento en el gasto en defensa al 5%, más allá del 2% actualmente exigido, en un contexto de mayor competencia global por recursos críticos. Este debate refleja la presión política para fortalecer la alianza frente a Rusia y China.
En contraste, la Unión Europea apuesta por la transición energética acelerada para reducir dependencia de materias primas sensibles, buscando liderar un modelo sustentable frente a la creciente tensión geopolítica.
La disputa entre EE. UU. y China por el uranio argentino marca un nuevo capítulo en la rivalidad global por el control de recursos indispensables en tecnología y energía, con Argentina en el medio de esta tensión.
El impacto llega a mercados internacionales y cadenas globales de suministro, donde el acceso a minerales como el uranio y el petróleo es vital para la estabilidad energética y la seguridad nacional de varios países.
Esta estrategia estadounidense busca cortar fuentes de financiamiento a Rusia mientras complican los planes chinos de consolidar su influencia en América Latina y otras regiones ricas en recursos.
Los próximos meses serán decisivos para definir si la escalada llega a una negociación diplomática o tensiona aún más las relaciones entre estas potencias. La revisión en gasto de defensa de la OTAN y la apuesta europea en energía verde forman parte de una respuesta multifacética a un mundo cada vez más fragmentado por recursos.
