En una votación crucial la noche del miércoles al jueves, la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional rechazó de forma contundente la parte de ingresos del proyecto de presupuesto para 2026 presentado por el gobierno de Sébastien Lecornu.
El resultado fue una señal preocupante para el ejecutivo: solo 11 diputados apoyaron el texto, mientras 37 se opusieron y el resto se abstuvo. Entre los que dijeron no están tanto el Partido Socialista (PS) como Los Republicanos (LR), incluso cuando este último partido aporta seis ministros al gabinete de Lecornu.
El jefe del PS, Philippe Brun, resumió la jornada con un duro veredicto:
«El cálculo no cierra esta noche»
Los socialistas critican la ausencia de propuestas de equidad fiscal, como la popularizable taxa Zucman o la recuperación del impuesto sobre la riqueza (ISF), que fueron descartadas en comisión. Por su parte, Jean-Didier Berger, cabeza visible de LR en este asunto, anunció que su grupo votará en contra hasta que se presente un presupuesto «más votable».
Los diputados de extrema derecha también rechazaron el texto, complicando aún más las perspectivas del gobierno dentro del hemiciclo, donde comenzarán los debates el viernes y se espera la votación final para el 4 de noviembre.
Una batalla política abierta en la Asamblea
La Comisión denunció un texto fragmentado, con posiciones muy divergentes. Éric Coquerel, presidente de la comisión y diputado de La Francia Insumisa (LFI), calificó el presupuesto como un «Frankenstein» donde
«nadie se reconocerá al final»
y auguró una derrota en el pleno.
Sin embargo, fuentes socialistas transmiten un tono más favorable a las posibilidades de negociación:
«Será en la Asamblea donde podremos construir compromisos»
El proyecto de presupuesto está dividido en dos partes principales: ingresos y gastos. Según los socialistas, las medidas de ingresos votadas deben permitir al gobierno suavizar el impacto en la Seguridad Social y reducir los recortes más duros incluidos en la parte de gastos.
Lo cierto es que la oposición cruzada obliga al gobierno a buscar concesiones importantes para evitar una censura parlamentaria que pondría en jaque sus planes financieros para 2026.
Con la comisión en contra y un cuadro político fragmentado, Lecornu y su equipo enfrentan una semana crítica para intentar convencer a los diputados antes del voto decisivo el 4 de noviembre.
