Volodymyr Zelensky recibió con satisfacción las nuevas sanciones anunciadas por Estados Unidos contra Moscú, especialmente las dirigidas al sector petrolero ruso. En su llegada a Bruselas para un consejo europeo este jueves, el presidente ucraniano destacó que estas medidas envían un “mensaje fuerte” para forzar a Rusia a terminar el conflicto en Ucrania.
El líder ucraniano agradeció públicamente a Donald Trump, quien el miércoles anunció un paquete que incluye el congelamiento de activos de las petroleras Rosneft y Lukoil en territorio estadounidense. También prohibió cualquier negocio entre empresas norteamericanas y estas dos gigantes del petróleo ruso.
“Es un mensaje fuerte y necesario que la agresión no quedará sin respuesta”, dijo Zelensky en su red social X.
Trump, visiblemente frustrado, declaró el miércoles en la Casa Blanca tras reunirse con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que sus conversaciones con Vladimir Putin no avanzan y justificó estas sanciones “enormes” como un intento por detener la guerra.
Por su parte, la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, Maria Zakharova, calificó las medidas como “contraproducentes”. Señaló que Rusia ha desarrollado una “inmunidad sólida” frente a las restricciones occidentales y que seguirá fortaleciendo su economía, incluso en energía.
En paralelo, China, socio energético clave de Rusia, reprochó las sanciones y criticó la nueva ronda de restricciones europeas contra 12 empresas chinas acusadas de ayudar a Moscú a evadir las sanciones. Un portavoz chino declaró que estas medidas “violentan el derecho internacional” y carecen de autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras tanto, la Unión Europea acordó un nuevo paquete sancionador contra Rusia, ampliando la presión occidental para frenar la invasión. Zelensky instó a Europa y Estados Unidos a seguir aumentando esas medidas para obligar a Putin a cesar las hostilidades.
La escalada de sanciones marca un punto clave en la guerra, con Occidente alineado en bloquear el financiamiento ruso, especialmente en el sector energético que sostiene la economía de Moscú.
