El Parlamento de Montenegro vivió una tensa sesión hoy marcada por duras acusaciones contra el fiscal supremo, Milorad Marković. El líder del partido DNP, Milan Knežević, denunció que la Fiscalía cometió errores a propósito en el caso “Telekom” para encubrir irregularidades y responsabilizó directamente al influyente político Andrija Mandić como el verdadero poder detrás de Marković.
Knežević no se mordió la lengua al dirigirse a Marković:
“El mayor culpable de que usted sea fiscal supremo es Mandić. Usted es peor que su antecesor Ivica Stanković, le falta conocimiento y sobre todo valor. No tiene el coraje de enfrentar a Milo Đukanović y su familia.”
Por su parte, el diputado Jovan Vučurović del NSD admitió que nunca habría apoyado la designación de Marković si no fuera por una recomendación directa de Mandić, sumándose así al cuestionamiento a la independencia del fiscal.
En respuesta, el parlamentario del gobernante DPS, Andrija Nikolić, puso en duda los tiempos políticos en que ciertos casos son procesados, asegurando que la Fiscalía actúa de manera selectiva, favoreciendo a la oposición y descuidando a la mayoría.
Además, Nikolić pidió transparencia al cuestionar por qué no hay procesos activos contra la mayoría mientras que casos contra la oposición avanzan rápidamente. Sugirió que la Fiscalía ajusta su agenda según el contexto político, haciendo énfasis en la necesidad de una mayor imparcialidad.
Esta confrontación pública refleja las tensiones internas en la Fiscalía de Montenegro y la influencia creciente de figuras políticas en la justicia, un escenario que preocupa a la estabilidad y el estado de derecho en el país balcánico.
La sesión centrada en el informe de trabajo del Consejo Fiscal y la Fiscalía estatal dejó claro que la crisis institucional va más allá de casos específicos; es un choque entre poderes formales y el poder real de figuras políticas como Mandić.
Con Montenegro con la mirada puesta en su integración europea, estas polémicas sobre la independencia judicial suponen un duro golpe a la credibilidad de sus instituciones.


































