Un informe de 59 páginas divulgado esta semana por la organización Salam, radicada en Nueva York, acusa a Tata Group de estar “en el corazón de la alianza India-Israel” y de proveer tecnología clave que sostiene la ocupación y el control de Palestina.
El documento, titulado Architects of Occupation: The Tata Group, Indian Capital, and the India-Israel Alliance, detalla cómo las subsidiarias del gigante industrial indio colaboran con el ejército y el gobierno israelí en áreas que incluyen armamento, vigilancia y tecnología digital.
Salam y activistas locales llevan meses presionando a la organización New York Road Runners para que elimine a Tata Consultancy Services (TCS) como patrocinador principal del Maratón de Nueva York, programado para el 2 de noviembre. Denuncian que Tata es “parte integral de la arquitectura de ocupación, vigilancia y despojo en Palestina”.
El informe acusa a Tata de suministrar piezas para F-16 y helicópteros Apache, a través de Tata Advanced Systems Limited (TASL), que coopera con Israel Aerospace Industries desde hace casi 20 años. También señala que Jaguar Land Rover, otra compañía del grupo, provee el chasis base para el vehículo blindado MDT David, utilizado por tropas israelíes en la ocupada Cisjordania.
En un contexto más amplio, la India ha sido señalada en reportes oficiales de Naciones Unidas por enviar drones, municiones y apoyo logístico a Israel, mientras que en Gaza la guerra ha dejado más de 200.000 palestinos muertos o heridos en dos años.
Salam expone además la participación de Tata en Project Nimbus, una iniciativa conjunta de Amazon y Microsoft que proporciona servicios de computación en la nube para el ejército israelí, apoyando sistemas de vigilancia y represión. Estas relaciones comerciales, recalca el informe, van más allá de la venta ordinaria y alimentan un aparato tecnológico de apartheid.
La campaña #TataByeBye comenzó en octubre de 2024 con protestas en Nueva York que ganan visibilidad en las semanas previas al maratón, buscando deslegitimar la marca Tata que, según Salam, usa eventos globales para cubrir su implicación en conflictos bélicos con una imagen de filantropía.
Desde la normalización de relaciones India-Israel en 1992, las compras de tecnología israelí por parte de India no han parado, abarcando defensa, agricultura y ciberseguridad. Tata, a través de alianzas con grandes empresas de defensa estadounidenses, se ha convertido en un eslabón clave de la cadena de suministro militar global liderada por EEUU y la OTAN.
Ninguna de las filiales Tata a las que se contactó para este informe respondió a las solicitudes de comentarios sobre las acusaciones.
En un mundo cada vez más vigilante con los vínculos corporativos y geopolíticos, el nombre de Tata se incorpora a la lista de grupos empresariales que enfrentan escrutinio por su rol en conflictos que afectan a miles de civiles.


































