Miles de hinchas inundaron las calles de Rabat para recibir con euforia a la selección de Marruecos Sub 20, que volvió a su país tras conquistar su primer título mundial en la categoría. El equipo juvenil venció a Argentina en la final disputada en Chile, dando a Marruecos y a África un logro histórico: no había un campeón africano en Mundiales juveniles desde Ghana 2009.
Al llegar a la capital marroquí, los jugadores recorrieron la ciudad en un colectivo descapotable mientras los fanáticos agitaban banderas y cantaban sin parar. La celebración fue una demostración masiva del orgullo nacional ante un triunfo sin precedentes para el fútbol del norte de África.
Este campeonato marca un antes y un después para Marruecos, que no solo sumó su primer trofeo mundial en cualquier categoría, sino que además rompió una sequía continental de 14 años. El partido final frente a Argentina fue la escena perfecta para un salto cualitativo en la historia del fútbol africano y marroquí.
El recibimiento en Rabat refleja la importancia social y deportiva del título, con miles de personas en las calles, emoción desbordada y un país listo para celebrar a sus jóvenes héroes.
La victoria llegó tras una competencia exigente en Chile, donde Marruecos demostró un nivel sólido y maduro para alcanzar la cima. El hecho de que el partido decisivo haya sido contra Argentina, potencia histórica del fútbol mundial, aporta aún más valor al logro.
Este título coloca a Marruecos en el mapa del fútbol juvenil mundial y puede abrir nuevas puertas para sus jugadores en el futuro del deporte profesional.
La alegría de Rabat es también la de un continente que se afirmó con continuidad en el fútbol global juvenil tras varios años de espera.
Argentina, pese a la derrota, sigue siendo un actor clave en la formación y el desarrollo de talentos jóvenes, pero esta vez Marruecos logró imponerse en el escenario más importante.


































