En una reunión clave en el tradicional Coloquio de IDEA, la élite empresarial argentina ratificó su apoyo a Javier Milei como instrumento para frenar el regreso del populismo en el país.
El encuentro, que reunió a más de mil asistentes en el Hotel Sheraton, con un costo promedio de más de 4 millones de pesos argentinos por persona, volvió a mostrar la distancia entre el empresariado y los sectores populares. Empresarios y medios alineados defendieron la necesidad urgente de reformas estructurales para cambiar el sistema productivo, laboral y de distribución del ingreso.
Nicolás Braun, dueño de supermercados La Anónima, minimizó las críticas al alto nivel de impuestos en Argentina al afirmar que “quedó muy claro que la Argentina hoy tiene los niveles impositivos más altos del mundo”, sin admitir responsabilidades.
La propuesta concreta que se escuchó fue la eliminación de aportes patronales y la aplicación de impuestos específicos, como una tasa sobre el combustible, apuntando a reducir la carga fiscal sobre los empleadores. En palabras claras: “Nosotros los patrones no tributamos más nada”.
El respaldo financiero al candidato ultraderechista responde a la preocupación del sector privado de perder privilegios bajo modelos económicos más intervencionistas. Lo más llamativo es que esta alianza no parece importarles la corrupción o el autoritarismo que se atribuye a Milei, según los analistas.
Además, reforzaron la idea de que el actual gobierno, pese a su fracaso, mantiene el control siguiendo líneas definidas por asesores extranjeros como Toto Caputo, que actúa como una suerte de regente del tesoro estadounidense, según denunciaron críticos internos.
El Coloquio dejó en claro que el sector económico insiste en dominar el debate político e impone condiciones para su “gobernabilidad”, incluso si eso significa permitir vetos presidenciales que limiten la acción del Congreso, debilitando el equilibrio de poderes y las libertades públicas.
También denunciaron prácticas depredadoras de las grandes exportadoras argentinas, conocidas como las Big 10, que habrían timado legalmente al Estado por más de U$S 1.500 millones en un “pase de manos” financiero. Esto evidencia cómo, a pesar de estar en crisis, la transferencia de ingresos del trabajo hacia corporaciones sigue creciendo.
La alianza entre empresarios y el ala ultraderechista marca un punto de inflexión en la lucha ideológica y política del país. Por un lado, la avanzada neoliberal impulsa reformas que podrían liquidar conquistas sociales y culturales del siglo XX. Por el otro, crecientes movimientos populares, obreros, feministas y sindicales llaman a la defensa del sistema público y la soberanía nacional.
En ese marco, la vicepresidenta Cristina Fernández lanzó un mensaje directo y contundente: “Argentina o Milei”, alertando sobre la encrucijada política y social que enfrentan los argentinos en las próximas elecciones.
El futuro político está en las urnas. Los sectores populares y sus representantes políticos preparan una reacción contundente ante las políticas neoliberales y la avanzada derechista que hoy ostenta el respaldo del principal sector económico del país.


































