Las autoridades británicas detuvieron a un ciudadano kosovar de 22 años identificado como E. Š., tras confirmarse su participación en la realización de grafitis prohibidos en la ciudad montenegrina de Herceg Novi.
El joven, originario de Prizren, Kosovo, fue arrestado en Reino Unido después de que la policía de Herceg Novi recibiera denuncias ciudadanas sobre viajeros de un autobús con matrícula kosovar pintando grafitis polémicos en un edificio cercano a una zona residencial.
Las fuerzas del orden montenegrinas informaron que E. Š. y sus acompañantes entraron al país a través del paso fronterizo de Debeli brijeg, proveniendo desde Croacia. Tras recibir las quejas, se detectó y detuvo al autobús en las cercanías de un local de hostelería.
Los investigadores extrajeron grabaciones de video y recopilaron testimonios en las instalaciones policiales, lo que permitió identificar al sospechoso. Fue detenido por infringir el artículo 18, apartado 1, de la Ley sobre el orden público y la paz.
El caso fue remitido al juzgado de primera instancia que aplicó un procedimiento abreviado, condenándolo a diez días de prisión y ordenando su expulsión de Montenegro por un año tras cumplir la condena.
El penitenciario donde cumplirá la sentencia es el Centro de Ejecución de Sanciones Penales en Spuž.
Fuentes policiales indicaron que la orden de expulsión se implementará tras finalizar los diez días de cárcel. No se reportaron más implicados por el momento ni daños adicionales.
Este incidente llama la atención sobre la sensibilidad de Montenegro respecto a la pintura de grafitis políticos o incendiarios realizados por extranjeros y cómo las autoridades colaboran para frenar estas infracciones incluso cuando los detenidos tratan de moverse fuera del país.


































