El presidente Gustavo Petro confirmó este viernes que presentará ante el Congreso el proyecto y las firmas necesarias para convocar una Asamblea Nacional Constituyente el próximo 20 de julio de 2026, justo antes de terminar su mandato.
Desde la Plaza de Bolívar en Bogotá, Petro anunció que entregará unas 2,5 millones de firmas recogidas por un comité social que se está formando para respaldar la convocatoria. Insistió en que este proceso no será para él, sino para el pueblo colombiano.
“Ese día yo mismo, con el comité social, entregare al Congreso las firmas y la ley que debe por obligación ser discutida y que convoca a toda Colombia a la Asamblea Nacional Constituyente”
El mandatario precisó que ese 20 de julio hará su último discurso ante el Congreso y que la convocatoria abrirá paso a una nueva etapa “de derechos y justicia social” en Colombia. Aclaró que la propuesta no busca reformar toda la Constitución, sino “aprobar normas que garanticen derechos y justicia social”.
El gobierno publicó ayer un borrador polémico del proyecto de ley para regular el proceso. Según informó el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, quien presentó su renuncia “irrevocable” este viernes, la Asamblea estaría compuesta por 71 delegados y los puestos se repartirían de forma paritaria entre hombres y mujeres.
Para que la Constituyente avance, el Congreso debe aprobar la ley que convocará al pueblo a votar. Luego, al menos un tercio del censo electoral, equivalente a aproximadamente 13 millones de votantes, debe respaldar la convocatoria en las urnas.
Esta no es la primera vez que Petro plantea la idea de una Asamblea Constituyente. Sin embargo, esta es la primera ocasión en la que da un paso claro para llevarla a cabo lanzando un comité para firmar y organizar el proceso.
El anuncio se da en medio de un ambiente político tenso y con voces opositoras que cuestionan la viabilidad y la intención de modificar la Constitución. Aun así, Petro se mostró firme y convocó a crear un “comité nacional de fuerzas sociales” para impulsar el proceso, que definió como un cambio hacia “una época de paz y democracia”.
El calendario político marca esta fecha como clave para que el presidente entregue su propuesta final al nuevo Congreso, que tomará posesión justo unos días antes de la fecha señalada. El resultado de este proceso marcará un antes y un después en la historia política del país.


































