En el barrio Villejean de Rennes, dos menores que se atribuyen al llamado “cartel V” enviaron una carta a comerciantes exigiendo pagos semanales para “garantizar seguridad y tranquilidad”.
El mensaje simple pero inquietante aseguró que, a cambio de esta “remuneración”, las “equipas” del grupo vigilarían los comercios y el vecindario. Esta forma de extorsión ha generado preocupación entre los residentes, acostumbrados a una realidad marcada por el tráfico de drogas.
“Antes lo veíamos en las películas, ahora lo vivimos. No es seguro ni tranquilizador”, dijo una vecina afectada por el clima de tensión.
Anthony Grelet, secretario departamental adjunto, afirmó a medios locales que la situación representa una escalada: “Reys de cuentas, disparos… ahora esta otra forma de intimidación. La gente tiene miedo”.
No obstante, algunos jóvenes cercanos al punto de venta de droga minimizan la amenaza, calificándola de “broma infantil” y negando la existencia de un cartel organizado.
El barrio Villejean ya sufre problemas crónicos con el tráfico de estupefacientes, y esta nueva presión financiera sobre los comerciantes añade una capa más al clima de inseguridad.
Las autoridades todavía no han confirmado si abrirán investigación formal tras la aparición de la carta.
Esta demanda extorsiva plantea nuevas preguntas sobre la capacidad del Estado y las fuerzas del orden para contener la violencia callejera en zonas vulnerables de Rennes.

































