La inflación sigue pegando con más fuerza en la Comunidad Valenciana que en el resto de España. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística, el IPC en esta comunidad se mantiene por encima de la media nacional, y la vivienda es el principal motor de esta tendencia al alza.
Juan Antonio Pacheco, economista y miembro de la Junta del Colegio de Economistas de Alicante, advierte que “la Comunidad Valenciana mantiene estructuralmente una inflación superior a la media estatal” y apunta al atractivo residencial y turístico de la región como una causa clave. “Mientras la Comunidad Valenciana siga siendo un destino deseado para vivir y ocio, lo normal es que estemos por encima de la media”, añade.
Los datos reflejan que ciertos componentes pesan más en la inflación valenciana. Por ejemplo, el sector transporte marca un aumento del 2,4%, ligeramente por encima del 2,2% nacional. Ocio, hoteles, cafés y restaurantes también registran incrementos superiores, pero lo que realmente dispara la inflación es la vivienda, con un alza interanual del 10,2%, frente al 7,1% estatal.
Pacheco señala que “la vivienda es el gran motor de la inflación valenciana” por la alta demanda residencial y de ocio que no se traduce en oferta suficiente. A su vez, el economista aclara que, aunque la compraventa no afecta directo al IPC, los precios de mercado sí presionan al alza el alquiler pues “todo el mundo busca una rentabilidad”.
El componente de vivienda representa alrededor del 13% del IPC y refleja directamente el costo promedio de vida para las familias en la región. Este incremento arrastra a otros sectores y refuerza el impacto inflacionario general.
Además, la inflación subyacente —que excluye alimentos frescos y energía— se mueve en torno al 2,4%, un punto menos que la general. La diferencia se explica, según Pacheco, por los sobrecostes en energía y productos perecederos que afectan especialmente a vivienda y alimentación fresca.
En cuanto al turismo, otro factor inflacionista importante, el economista detalla que el crecimiento constante del sector y la demanda estacional tras el verano mantienen los precios elevados en ocio, restauración y hoteles.
Las previsiones apuntan a que el IPC nacional cerrará el año cerca del 2,6% mientras que en la Comunidad Valenciana podría llegar al 3%.
“Si los salarios no suben al menos un 3%, el poder adquisitivo seguirá cayendo”, advierte Pacheco.
Este problema afecta el consumo interno, con sectores como el calzado especialmente perjudicados, pues no pueden trasladar los incrementos de coste a precios de venta sin perder competitividad. Vestido y calzado son los únicos rubros que han visto caídas en precios, reflejo de la debilidad del sector.
Sobre las medidas públicas, Pacheco reconoce el impacto de la política fiscal: “la contención real vendría de impuestos estatales pero las medidas actuales no son suficientes”. También insiste en que la solución a la crisis habitacional no será inmediata porque la vivienda requiere estrategias a medio y largo plazo.
La Comunidad Valenciana sigue con una inflación sostenida por encima de la media española que pone en riesgo el poder adquisitivo de sus hogares y presiona sectores clave de la economía local.


































