La policía francesa dio un primer golpe fuerte en la investigación del espectacular robo en el Museo del Louvre ocurrido el 19 de octubre. Dos hombres sospechosos de formar parte del comando que sustrajo ocho joyas de la corona francesa fueron detenidos y puestos bajo custodia este sábado, según fuentes oficiales.
Las autoridades apuntan que los arrestados no eran novatos: especialistas en robos de joyerías ya estaban bajo vigilancia policial. Su experiencia y los indicios encontrados en el lugar del robo permitieron una rápida identificación. Entre las pistas recopiladas, la investigación científica y tradicional ha logrado rastrear varios elementos que podrían conducir a recuperar el botín.
Los ocho objetos robados están valorados en 88 millones de euros, pero su importancia trasciende la cifra: representan un patrimonio histórico y cultural irremplazable. Las autoridades temen que el tesoro pueda salir del país debido a las conexiones globales de las mafias dedicadas al comercio ilegal de arte, un mercado que solo es superado en lucratividad por el tráfico de armas y drogas.
Esta operación marca un avance significativo en esta causa prioritaria para Francia, que busca no solo llevar a los responsables ante la justicia sino también proteger el honor nacional. La pesquisa señala además las vulnerabilidades de seguridad en uno de los museos más icónicos del mundo.
El golpe al Louvre refuerza el debate sobre cómo garantizar la protección a los tesoros de la República Francesa, especialmente tras incidentes recientes como el incendio en Notre-Dame. Francia, al igual que Italia o Egipto, tiene la responsabilidad mundial de custodiar estas piezas únicas.
Por ahora, la detención de estos dos presuntos expertos en robos abre una ventana de esperanza para recuperar las joyas y cerrar un caso que ha conmovido al panorama internacional. La investigación sigue en curso y la policía no descarta más arrestos.

































