En Gabón, la aparente unidad política tras la elección presidencial de Brice Clotaire Oligui Nguema se resquebraja apenas meses después. La tensión estalló con fuerza entre el nuevo vicepresidente Raymond Ndong Sima y el ex primer ministro Séraphin Moundounga, cuya disputa ha alcanzado un nivel público y virulento.
El desencuentro ocurre en medio del recuento de fuerza tras las elecciones legislativas y locales celebradas en septiembre, que parecían ser un simple trámite para consolidar el poder en la familia política del mandatario. Sin embargo, las diferencias internas y los intereses opuestos de estas dos figuras clave están evidenciando una grieta profunda.
Ndong Sima, que fue primer ministro durante toda la transición, y Moundounga se han acusado mutuamente en medios y actos públicos, en una sucesión de ataques y contraataques que amenazan con debilitar la cohesión del gobierno. Está claro que no solo se trata de una pelea de egos, sino de luchas de poder que complican la gobernabilidad en el Gabón actual.
El choque refleja la naturaleza compleja y fracturada del régimen instaurado tras el cambio político, donde la cooperación interna debería ser clave, pero cada actor persigue su propio interés. Las consecuencias para el liderazgo de Oligui Nguema y el futuro político del país son inciertas.
Por ahora, esta pugna se suma a la inestabilidad inherente a un Gabón que trata de cerrar un capítulo de transición, pero que amenaza con abrir otro marcado por divisiones internas profundas.

































