Selena Gomez y Benny Blanco celebraron su boda en California con una ceremonia íntima que mantuvieron lejos del ojo público, incluso en medio de la gran atención mediática.
La cantante y el productor musical, de 33 y 37 años respectivamente, sólo revelaron fotos seleccionadas días después en sus redes sociales y evitaron filtraciones durante el evento, donde asistieron celebridades como Taylor Swift, amiga cercana de Selena.
En una entrevista para The Jennifer Hudson Show, Gomez explicó su decisión:
“No quería que nadie obtuviera fotos de mi boda a menos que fueran mías, y mantengo mi vida lo más privada que puedo”
“Intenté hacer algo muy discreto y seguro que te identificas”
El misterio rodeó hasta sus tres vestidos, todos diseñados por Ralph Lauren. Su favorito fue un vestido de encaje con cuello halter, un corazon bordado con las iniciales de la pareja, la fecha grabada y 300 flores de encaje hechas a mano con detalles de cristal. Benny Blanco también vistió un traje exclusivo de la misma marca.
Entre los detalles destacados estuvieron el extenso velo, los anillos de boda y un pastel con forma de corazón, imágenes que Blanco compartió en sus redes junto a comentarios emotivos. Él escribió:
“Me casé con una princesa Disney de la vida real”
El peinado de Selena estuvo a cargo de Renato Campora, quien detalló que usó un tratamiento especial de 30 minutos para lograr un look perfecto para la ocasión.
El video donde Selena anunció su compromiso a Taylor Swift no se hizo público y sólo fue mostrado durante la celebración, reforzando el énfasis que la pareja puso en mantener el evento sin filtraciones.
Este enfoque en reservar la privacidad contrasta con la expectación habitual que generan las bodas de celebridades en Hollywood, donde la información suele filtrarse rápidamente. Selena Gomez dejó claro que para ella la intimidad es prioridad, incluso entre amigos famosos y medios atentos.

































