Nigel Farage está bajo presión para expulsar a la diputada Sarah Pochin del grupo parlamentario de Reform UK tras unas controvertidas declaraciones racistas sobre la representación en la publicidad.
La parlamentaria, que ganó el escaño de Runcorn y Helsby en una elección parcial reciente, dijo el domingo en un programa de televisión que “le enfurece ver anuncios llenos de personas negras y asiáticas”.
Su comentario causó indignación inmediata. Labour, a través de su presidenta Anna Turley, le pidió a Farage que suspenda a Pochin y que aclare si comparte esas opiniones. “Decir que te molesta ver negros y asiáticos en anuncios es racista. Tiene el poder de retirar el whip a Sarah Pochin y debe hacerlo hoy”, escribió Turley en una carta que aún no ha recibido respuesta pública.
Los Liberal Democrats también respondieron con dureza, buscando una moción de censura en el Parlamento para denunciar los comentarios. “Si en su partido no hay lugar para el racismo, Farage debe retirar el whip ya,” declaró Max Wilkinson, portavoz de asuntos internos de los Lib Dems. “No hacerlo sería despreciar a la mayoría de los británicos decentes”.
El partido conservador se sumó a la condena. El diputado Chris Philp, secretario de sombra del Interior, calificó las palabras de Pochin como “racistas” y afirmó que “ella debería disculparse y no haberlo dicho nunca.”
Pochin aseguró que su comentario estaba “mal expresado” y pidió disculpas por la ofensa causada. Intentó defender su postura argumentando que la industria publicitaria británica está “obsesionada con la diversidad, equidad e inclusión (DEI)” y que muchos anuncios ya no representan a “la persona blanca media”.
El jefe de política de Reform UK, Zia Yusuf, dijo a Sky News que pedía disculpas y defendió el derecho a debatir sobre la representación en publicidad, aunque admitió que los comentarios de Pochin no ayudaron.
Farage, líder de Reform UK, se mantiene en silencio ante las demandas para actuar. La polémica pone en jaque su partido, ya criticado por antiguos vínculos con el brexit y posiciones polémicas sobre inmigración y raza.
En un momento en que el Reino Unido debate intensamente temas de raza y representación, esta crisis expone la fragilidad de Reform UK para contener problemas internos y la expectativa de la sociedad británica sobre el discurso público en la política.

































