El partido independentista catalán Junts per Catalunya, liderado por Carles Puigdemont, anunció hoy desde Perpiñán la ruptura unilateral del pacto de gobierno firmado hace dos años en Bruselas con el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Esta decisión, tomada por unanimidad en el directorio del partido que contó con la participación de cerca de cincuenta miembros, marca un golpe directo a la frágil coalición progresista que sostiene al presidente español.
Junts rompe el acuerdo que aseguraba la confianza a Sánchez
Junts per Catalunya, que aporta 7 diputados decisivos para la mayoría parlamentaria del gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, comunicó oficialmente el fin del acuerdo de apoyo que había sellado en 2021 para respaldar la investidura de Pedro Sánchez. Fuentes internas del partido informaron que Carles Puigdemont ofrecerá una conferencia de prensa esta misma tarde para explicar los motivos de la decisión y confirmar si se consultará a la militancia mediante un referéndum.
El gesto representa un terremoto político en España, ya que pone en serio riesgo la estabilidad del Ejecutivo justo cuando todavía no se ha aprobado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, un trámite fundamental para la continuidad del mandato hasta 2027.
Disconformidades y promesas incumplidas detrás de la ruptura
Las tensiones entre Junts y el gobierno de Sánchez no son nuevas, pero esta vez han alcanzado un nivel crítico. La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, había advertido la semana pasada que “llegó el momento del cambio”, señalando el incumplimiento por parte del Ejecutivo de varias promesas clave para el partido catalanista. Entre estas demandas incumplidas destacan la oficialidad del catalán en Europa, el traspaso de competencias en materia migratoria a la Generalitat y la aplicación de una ley de amnistía para Puigdemont, quien aún enfrenta una orden de arresto en España.
El malestar se concentra también en la percepción de que Sánchez no ha avanzado lo suficiente para integrar las reivindicaciones del independentismo en su agenda política, generando un cisma interno que ahora llevó a la ruptura directa.
La estabilidad de la coalición en jaque
La retirada del respaldo de Junts al gobierno genera un panorama incierto. El bloque parlamentario que sostiene a Sánchez es una coalición minoritaria que depende del apoyo de fuerzas nacionalistas, concretamente los siete diputados de Junts y las formaciones vascas, para asegurar la investidura y la aprobación de leyes.
El propio Pedro Sánchez intentó contener el impacto reiterando que “el gobierno está haciendo todo lo que está en su mano” para atender las demandas de los socios. Sin embargo, ya se habían registrado dificultades para conseguir el voto favorable de Junts en sesiones claves del Congreso.
Según un sondeo reciente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la mayoría de la militancia de Junts sigue apoyando la gestión de Sánchez y prefiere la continuidad del gobierno socialista antes que un cambio liderado por el conservador Partido Popular o la ultraderecha representada por Vox. Sin embargo, el mismo estudio revela un ascenso rápido de la Aliança Catalana, una fuerza ultranacionalista independentista que está ganando terreno a costa de Junts en el electorado catalán.
Contexto político y consecuencias para España
Este giro ocurre en un contexto político complicado para el gobierno progresista que, desde su investidura, ha contado con una mayoría ajustada y negociaciones constantes con fuerzas periféricas nacionalistas. La salida de Junts del pacto no solo pone en riesgo la estabilidad parlamentaria, sino que incrementa la incertidumbre sobre la gobernabilidad durante los próximos meses y la aprobación de normativas clave como el Presupuesto del Estado.
Además, la situación refleja las profundas divisiones internas sobre cómo manejar el desafío independentista en Cataluña y la gradual pérdida de influencia de Puigdemont y su partido frente a opciones más radicales dentro del separatismo.
La reunión decisiva de Junts en Perpiñán subraya también las dificultades que enfrenta el gobierno español para mantener un equilibrio entre compromisos electorales, exigencias territoriales y coaliciones internas, que podrían anticipar un escenario de mayor polarización en la política nacional.
Queda por verse cómo reaccionarán tanto el PSOE como sus socios vascos ante este nuevo revés y si Sánchez conseguirá rehacer alianzas o convocar a elecciones anticipadas de cara a mantener el poder hasta 2027.


































