Félix Tshisekedi lanzó duras acusaciones contra Ruanda este lunes 22 de septiembre durante una rueda de prensa en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU. El presidente de la República Democrática del Congo afirmó que Kigali “finge” haber retirado sus tropas del este congoleño, donde se registra un recrudecimiento de la violencia.
Según Tshisekedi, las tropas ruandesas siguen presentes y apoyan a los rebeldes del grupo armado M23, un movimiento antigubernamental respaldado por Ruanda. Este movimiento fue parte central del acuerdo de paz firmado en junio bajo la mediación de Estados Unidos, que incluye un compromiso de cese al fuego desde julio.
“El Rwanda hace semblante de haber retirado sus tropas, pero en realidad siguen apoyando al M23 para ganar tiempo y que la crisis empeore”
El mandatario congoleño no ocultó su frustración por la lenta implementación del acuerdo, responsabilizando directamente a Kigali por la demora en la pacificación. “La situación reciente no es nada alentadora, las cosas no evolucionan en el terreno”, afirmó.
Los diálogos continúan bajo la supervisión de Qatar, pero Tshisekedi dudó sobre la paciencia de los patrocinadores internacionales. “La pregunta es si los qataríes y los americanos aguantarán estas maniobras de Ruanda”, señaló, reafirmando que Kinshasa “está listo para la paz”.
Cooperación y minerales en juego
En otro punto, Tshisekedi mencionó negociaciones en marcha con Estados Unidos para asegurar un suministro estable de minerales vitales para la industria tecnológica, especialmente cobalto, clave para componentes electrónicos.
El presidente condiciona el acceso a estos recursos al refuerzo de la cooperación en seguridad con Washington. “No se trata de vender nuestros minerales a cualquier precio, sino de intercambiarlos por desarrollo”, explicó, destacando proyectos en infraestructuras, energía, industrialización y educación.
La tensión en el este de la RDC sigue siendo una de las crisis más complejas de África, con impactos regionales y geopolíticos importantes. Las acusaciones cruzadas entre Kinshasa y Kigali ponen en duda la estabilidad de un acuerdo de paz apenas iniciado.
