Popayán vivió una fiesta única el pasado 24 de octubre, cuando más de 2.000 niños celebraron el Halloween con alegría, juegos y solidaridad en la novena edición de este evento tradicional. La iniciativa lleva el sello de dos hermanos, Wilson y Lucio Jurado, quienes han impulsado esta celebración como un espacio seguro para la infancia.
Wilson Jurado, pediatra de la ciudad, dedicó octubre a organizar un día distinto para los niños y niñas payaneses. No solo hubo dulces y disfraces, también concursos, regalos y juegos para un público de todas las edades. “Celebrar también es cuidar y educar con alegría”, dice Jurado, que hace del cuidado infantil su bandera.
Por su parte, Lucio Jurado, exfutbolista, abogado, docente y actualmente concejal de Popayán, usó la fiesta para fortalecer la unión familiar y promover la convivencia desde el deporte y los valores comunitarios. La fiesta reunió niños de todos los barrios, garantizando un ambiente de seguridad e inclusión.
El evento contó además con la participación de emprendedores locales que ofrecieron productos y servicios, mostrando un tejido económico solidario que acompaña iniciativas sociales y culturales de la ciudad.
La fiesta de Halloween en Popayán se ha consolidado en nueve años como una tradición que va más allá del juego y la ternura. Es una muestra clara de cómo la comunidad se moviliza para apoyar a la niñez y fortalecer el tejido social con acciones concretas.
Este año la celebración reforzó su impacto y el compromiso de los hermanos Jurado con la infancia y la convivencia en Popayán. Más de 2.000 niños y sus familias disfrutaron un día que, desde ya, se promete volver a reunir a toda la ciudad para fomentar la felicidad y la solidaridad.


































