La Audiencia Nacional ha comenzado en Madrid el juicio contra seis presuntos yihadistas acusados de planear un atentado terrorista en la plaza central de Inca, Mallorca. Entre los acusados está un predicador salafista y cinco seguidores, quienes habrían adoctrinado y reclutado a jóvenes para perpetrar un ataque bajo órdenes del Estado Islámico (Daesh).
El caso, instruido por el juez Santiago Pedraz, revela que uno de los procesados, Abdelkader Mahmoudi, manifestó la intención de atacar con arma blanca a civiles para morir “como mártir”. La célula fue desarticulada en junio de 2017 tras una operación policial que logró evitar el atentado inminente.
El presunto líder, Tarik C., fue predicador en la mezquita de Inca y usaba un canal de YouTube con más de 12.000 suscriptores y casi diez millones de visualizaciones para difundir su mensaje radical. En sus vídeos defendía la yihad armada y alentaba a los jóvenes de la isla a unirse a Daesh en Siria.
Otro acusado, Azzouz A., impartía clases de artes marciales a menores en la misma mezquita y les obligaba a escuchar anasheeds —cantos religiosos con contenido bélico— mientras difundía propaganda violenta. En su casa se encontraron vídeos de decapitaciones simuladas y preparación para el combate infantil.
La Fiscalía sostiene que el grupo tenía una estructura jerárquica organizada dedicada a captar y preparar jóvenes musulmanes en Mallorca para actos violentos. Tarik C., originario de Bélgica, se trasladó a Egipto tras la prohibición del velo integral en su país y afirmó querer educar a sus hijos en un entorno “islámico” lejos de las comodidades occidentales.
El Ministerio Público pide ocho años de prisión para Tarik C. por integración en organización terrorista y penas menores para los otros cinco por colaboración y adoctrinamiento. Este juicio vuelve a evidenciar la expansión del salafismo y la radicalización en mezquitas locales dentro de España.


































