Al menos 60 personas han muerto y 81 han sido detenidas en una masiva operación contra el narcotráfico que sigue activa desde esta madrugada en los complejos de favelas de Penha y Alemão, en el norte de Río de Janeiro.
El gobernador del estado, Cláudio Castro, informó a la prensa que entre los fallecidos hay al menos dos policías. La acción, que moviliza cerca de 2.500 agentes, se enfrenta a una fuerte resistencia del grupo criminal Comando Vermelho, que en alianza con el Primer Comando de la Capital (PCC) domina gran parte del narcotráfico en Brasil.
Los agentes entraron a las favelas en 32 vehículos blindados y enfrentaron barricadas y ataques con drones armados, de los que el gobernador mostró pruebas en vídeo. Según las autoridades, se incautaron 42 fusiles y una “gran cantidad de droga”, aunque sin especificar más detalles.
La operación está acompañada de dos helicópteros y varios drones, mientras que las ráfagas de disparos han asustado a los vecinos, quienes reportaron que los comercios cerraron y la tensión es máxima. El balance oficial es parcial y se espera que suban los números de víctimas y arrestados.
Castro calificó esta operación como la mayor desde la emblemática intervención de 2010, que retomó el control de estas zonas tras violentos enfrentamientos que dejaron una treintena de muertos.
Expertos y ONG de derechos humanos critican estas operaciones internacionales acusándolas de ineficaces y de aumentar el sufrimiento en las comunidades. La diputada y presidenta de la comisión de derechos humanos de la asamblea legislativa, Dani Monteiro, condenó la militarización y exigió explicaciones:
“Exigiremos explicaciones sobre las circunstancias de la acción, que convirtió nuevamente a las favelas de Río en escenario de guerra y barbarie”
En lo que va de año, cerca de 700 personas han muerto en intervenciones policiales en Río, casi dos diarias, un récord que vuelve a poner en el centro del debate público la violencia en las favelas y el modelo de combate al narcotráfico en Brasil.
