El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) prepara cambios profundos en el tributo metropolitano para 2026 tras varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). La cuota aplicada sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) caerá del 0,2% actual al 0,045%, lo que reducirá la recaudación prevista un 28%, hasta 93,78 millones de euros frente a los 130 millones presupuestados este año.
Sin embargo, el AMB amplía el alcance del tributo y elimina bonificaciones que antes beneficiaban a edificios residenciales, familias numerosas y fincas rústicas. Esto implica que más contribuyentes pagarán sin descuentos, aunque la tasa sea más baja.
Estas modificaciones surgen tras sucesivas sentencias del TSJC que anularon tipos específicos para bienes vulnerables, como el Puerto y el Aeropuerto de Barcelona, que dejan de tributar bajo esta tasa.
El tributo metropolitano es el principal ingreso directo del AMB, por lo que esta reforma busca adaptarse a los fallos judiciales mientras ajusta la carga fiscal. La ordenanza fiscal para 2026 fue aprobada esta semana en el consejo metropolitano y entra en vigor en enero.
El resultado es un impuesto más amplio, más justo para ciertos contribuyentes, pero con menor presión individual y global.
Este cambio impactará especialmente en el bolsillo de las familias numerosas y propietarios rurales que dejarán de estar exentos o disfrutando de bonificaciones, según fuentes del AMB.
Por último, queda pendiente ver cómo absorbe el sector este reajuste y si el gobierno metropolitano buscará nuevas vías de ingresos ante la caída del tributo.


































