El microondas, presente en casi todos los hogares, está afectando la conexión WiFi de millones. Al funcionar, emite ondas electromagnéticas en la banda de 2,4 GHz, la misma frecuencia que usan muchos routers WiFi, lo que genera interferencias.
El resultado: cortes momentáneos en la señal, reducción de velocidad y problemas para conectarse, especialmente si el microondas y el router están muy cerca o cuando varios dispositivos dependen de esa red al mismo tiempo.
La solución más simple es alejar el router del microondas, idealmente ubicándolo en un área distinta y más central de la casa. Además, cambiar tu conexión a la banda de 5 GHz disminuye la interferencia, ya que el microondas sólo interfiere en la de 2,4 GHz.
Actualizar el router a modelos compatibles con WiFi 5 (802.11ac) o WiFi 6 también ayuda a gestionar mejor las interferencias y a mejorar la velocidad.
Por otro lado, si el microondas es antiguo o tiene algún daño, puede generar más interferencia. Revisa y considera reemplazarlo si notas problemas frecuentes.
Otros dispositivos que interfieren con el WiFi
Además del microondas, otros electrodomésticos que usan la banda de 2,4 GHz pueden afectar la red inalámbrica: teléfonos inalámbricos antiguos, monitores para bebés, dispositivos Bluetooth, controles remotos para persianas o luces, e incluso luces inteligentes conectadas a esa banda.
Electrodomésticos con motores o hornos eléctricos también pueden generar ruido electromagnético que perjudica la señal.
La recomendación general es colocar el router en un lugar elevado, despejado, central y alejado de cualquier aparato que pueda emitir interferencias para mejorar la cobertura en toda la casa.
Si la señal sigue débil, usar repetidores WiFi o cambiar las contraseñas periódicamente puede ayudar a mantener la velocidad.
En resumen, evita usar el microondas mientras haces actividades que requieran conexión estable y asegúrate de tener un router moderno para minimizar las interrupciones en tu conexión wifi diaria.


































