La Policía Nacional del Perú (PNP) enfrenta retrasos críticos en las investigaciones de extorsión porque no cuenta con software que permita extraer información rápida de los celulares incautados a bandas criminales, denunció el fiscal superior Jorge Chávez Cotrina.
Durante una mesa de trabajo en el Congreso peruano, Chávez explicó que las autoridades pueden decomisar más de 40 teléfonos cuando capturan una banda, pero al no tener acceso a programas como Cellebrite —herramienta que extrae datos digitales en minutos—, toda la información debe revisarse manualmente, lo que demora los procesos hasta un año o más.
“Cuando uno captura a quince personas, recibe mínimo cuarenta celulares y no tenemos tecnología para sacar la información”, dijo el fiscal. “Los resultados pueden tardar hasta septiembre del próximo año”.
El caso más reciente involucró la captura de 12 presuntos criminales en San Martín y el decomiso de 28 teléfonos. Sin embargo, la PNP informó que los peritos recién tendrán resultados en casi un año, frustrando las acciones judiciales.
Esta falta de pruebas técnicas impide a los fiscales solicitar prisión preventiva con respaldo sólido y obliga a que los detenidos sean liberados por falta de evidencias contundentes.
Chávez propuso que al menos una estación de la División de Investigación Criminal (Depincri) en cada sector clave de Lima y Callao cuente con el software Cellebrite. La inversión estimada es de cerca de 4 millones de soles (más de 4 mil millones de pesos colombianos), un monto que, según el fiscal, el Estado puede asumir sin comprometer sus finanzas.
Además, el fiscal advirtió que varias unidades de flagrancia no tienen laboratorios de criminalística, obligando a trasladar sospechosos a otras dependencias para peritajes, lo que complica y retrasa aún más la investigación.
Este vacío tecnológico en Perú evidencia un problema común en América Latina: la falta de inversión en herramientas que aceleren la lucha contra el crimen organizado. Sin estas soluciones, los extorsionadores permanecen en las calles mientras la burocracia sigue acumulando meses sin avances.


































