El Ayuntamiento de Alicante mantiene en suspenso la aplicación del cobro para acceder al castillo de Santa Bárbara. Tras recibir un informe municipal que advierte que la futura ordenanza no puede diferenciar técnicamente entre residentes y turistas, el gobierno de Luis Barcala continúa buscando una fórmula para eximir a los vecinos de la tasa sin afectarles.
El problema central es la imposibilidad de discriminar el acceso, lo que pone en duda cómo se podrá garantizar la exención propuesta. Desde el Consistorio no aclaran qué harán si finalmente no encuentran una solución técnica viable y si todo el público deberá pagar entrada, incluidos los alicantinos.
La propuesta original contemplaba un cobro para visitantes como fuente de ingresos, pero la falta de mecanismos claros para garantizar que los residentes no paguen ha paralizado la medida.
Este último documento municipal pone en evidencia las dificultades para aplicar tarifas diferenciadas en un espacio público tan emblemático y con alta afluencia local. El Ayuntamiento mantiene la puerta abierta a explorar alternativas, pero sin concretar plazos ni métodos, dejando en el aire la decisión final.
