Las acciones de Chipotle se desplomaron más de un 15% en operaciones fuera de horario este miércoles tras anunciar su tercer recorte consecutivo en las previsiones de ventas. La cadena de comida rápida casual reportó ingresos de $3,000 millones en el tercer trimestre, ligeramente por debajo de lo esperado, y una ganancia neta de $382.1 millones.
El CEO Scott Boatwright atribuyó la revisión a “presiones macroeconómicas persistentes”, especialmente entre clientes de ingresos bajos y medios, quienes están reduciendo la frecuencia de sus visitas. Según Boatwright, casi el 40% de las ventas de Chipotle provienen de hogares con ingresos menores a $100,000 dólares anuales.
“Estamos sobrerrepresentados por clientes jóvenes entre 25 y 35 años, un grupo que enfrenta varios obstáculos como desempleo y aumento en pagos de préstamos”, dijo Boatwright durante la llamada de resultados.
Chipotle ahora espera que las ventas en tiendas comparables caigan en un solo dígito bajo para el año fiscal 2025, un marcador clave que rebasó la anticipación de inversionistas y arrastró la cotización, que ya había perdido casi todas sus ganancias de octubre en días recientes.
El contexto económico sigue presionando a todo el sector restaurantero. La inflación general subió al 3% anual en septiembre, la más alta desde enero, mientras que el índice de precios para comida fuera de casa bajó ligeramente a 3.7%. Otras cadenas como McDonald’s y Wendy’s también reportaron caídas en sus ventas, particularmente en el segmento de desayunos.
El CEO interino de Wendy’s, Ken Cook, señaló que el desayuno es “la primera comida donde los consumidores ajustan su gasto”, mientras que McDonald’s atribuye la incertidumbre en parte a políticas arancelarias y la ansiedad económica en consumidores de bajos ingresos.
Para Chipotle, el golpe es una señal clara de que el poder adquisitivo de sus clientes principales está deteriorándose y las cadenas de comida casual enfrentan un reto para adaptarse en medio de un consumidor más cauteloso.
