En un partido que reflejó la crisis de Junior, Santa Fe remontó para ganar 2-1 este miércoles en el estadio Metropolitano de Barranquilla. El equipo local, dirigido por Alfredo Arias, mostró nuevamente falencias defensivas y problemas ofensivos que le costaron caro ante un rival que llegaba sin victorias en cinco juegos.
Junior arrancó con la iniciativa y se puso adelante a los 7 minutos gracias a un cabezazo de Chara tras un centro desde la banda derecha de José Enamorado, quien fue de lo mejor en el ataque tiburón. Sin embargo, la ventaja duró poco.
Santa Fe igualó con un gol anulado a los 27 minutos por fuera de juego. A pesar de su falta de claridad en el ataque, el visitante generó peligro principalmente con balones parados y su insistencia contra un mediocampo juniorista débil.
En la segunda parte, Junior intentó controlar el juego, pero sus errores defensivos volvieron a aparecer. A los 72 minutos, Hugo Rodallega marcó un golazo de chilena tras una jugada de balón parado, un tanto que encendió a los visitantes y complicó a los locales.
Para colmo de Junior, en el último minuto del descuento, Santa Fe aprovechó un contragolpe con cuatro atacantes contra uno y Harold Mosquera definió cruzado con total precisión para sellar la remontada y el triunfo visitante.
Las sustituciones en Junior no dieron resultado. El ingreso de Teófilo Gutiérrez y Harold Rivera no aportó frescura ni claridad ofensiva, y el técnico Alfredo Arias fue criticado por sacar antes de tiempo a sus mejores hombres, Enamorado y Jhomier Guerrero. Junior terminó desordenado y vulnerable.
El arquero Andrés Mosquera Marmolejo fue uno de los pocos que salvó a Junior con varias atajadas determinantes, pero no bastaron para evitar la derrota ni para asegurar el liderato en la Liga II.
Con esta caída, Junior sigue sin mejorar su juego, sumando dudas sobre su capacidad para mantener el ritmo de competición y defender el título conseguido. Santa Fe, por el contrario, resucita en la tabla y mantiene viva la esperanza de clasificación.
Junior no logra estabilidad ni contundencia. La imagen se deteriora y la afición se muestra cada vez más frustrada con el rendimiento de su equipo en casa.

































