El número de empresas en Reino Unido que enfrentan una crisis financiera grave se disparó un 78 % en el tercer trimestre de 2025, llegando a 55,530 firmas, frente a las 31,201 del mismo periodo del año pasado, según el último informe de Begbies Traynor.
La situación económica sigue marcada por la incertidumbre, la inflación persistente y el aumento de costes en salarios, impuestos y financiación. De las 22 principales industrias analizadas, 21 sufren incrementos superiores al 40 % en problemas críticos. Los sectores de consumo como ocio, hoteles y tiendas generales son los más afectados.
Londres concentra el mayor volumen de empresas en apuros críticos, con 19,323 negocios en esta situación, pese a ser la capital financiera del país. Además, las firmas en “dificultad significativa” crecieron un 15 % año a año, llegando a 726,594.
Mientras tanto, sectores como servicios públicos, inmobiliarios y financieros acumulan problemas graves. Begbies advierte que muchas compañías están “reduciendo operaciones para sobrevivir” en lugar de invertir, una señal clara de ralentización económica.
Expectativas para el Presupuesto de noviembre
La ministra de Finanzas, Rachel Reeves, enfrenta una delicada tarea para equilibrar un agujero fiscal de £20.000 millones con medidas necesarias que impulsen la confianza empresarial.
El informe de Begbies insiste en la urgencia de un Presupuesto “decisivamente pro-empresas” que frene los efectos de la inflación, los impuestos altos y el coste del endeudamiento. Se barajan nuevos impuestos a bancos, sociedades limitadas y el juego, pero el sector privado exige medidas claras para evitar un aumento de insolvencias y una caída aún más profunda del ánimo económico en 2026.
Julie Palmer, socia de Begbies Traynor, afirmó: “Muchas empresas no tienen margen de maniobra y están recortando en vez de crecer, justo cuando la economía necesita inversión para recuperarse.”
El informe pone en evidencia el peligro de una pérdida de confianza continua si el Presupuesto no cumple con las expectativas del mundo empresarial, en un momento en que la economía británica pide a gritos certezas tras años de turbulencia.

































