Una decena de grandes empresas francesas, lideradas por Orange, lanzaron en octubre 2025 el Collectif Objectif Neuroinclusion, un proyecto para acelerar la inclusión de perfiles neuroatípicos en el trabajo. La iniciativa busca adaptar los entornos laborales y animar a más organizaciones públicas y privadas a unirse.
Philippe Duhot, director de RSE de Orange, explica que el colectivo no solo responde a una cuestión de equidad, sino que representa un “verdadero motor de transformación organizativa”. Entre las firmas pioneras figuran Capgemini, Carrefour, FDJ United, L’Oréal, Schneider Electric, Siemens y Thales.
Elizabeth Tchoungui, directora ejecutiva de responsabilidad social en Orange, subraya la necesidad de identificar y apoyar condiciones para perfiles con hipersensibilidad, hiperactividad, dislexia o dyspraxia. “Los managers y colaboradores deben integrar la neurodiversidad en su día a día para que esos talentos puedan crecer y rendir”, añade.
La doctora estadounidense Ludmila Praslova, profesora de management y psicología en Vanguard University (EEUU) y autora del libro The Canary Code, advierte que estos trabajadores “son muy sensibles a su entorno físico y psicológico”. Destaca que ambientes laborales diseñados para neurodiversidad benefician a toda la plantilla y mejoran el clima laboral general.
Orange ya tiene desde hace tres años el programa “Neuroteam”, impulsado también por Tchoungui motivada por su hijo autista. Gracias a ese acompañamiento personalizado, él superó retos educativos y demostró altas capacidades en su práctica profesional. Este caso prueba que las condiciones adecuadas en la empresa pueden convertir a estos perfiles en activos estratégicos.
El colectivo insiste en la importancia de la pedagogía para combatir prejuicios. En Orange se creó la comunidad “Zatypiques” y se distribuyó un guía para entender la neuroatipia. Tchoungui aboga por la formación de reclutadores y directivos para evitar la discriminación inconsciente y para retener talentos que hoy “se agotan compensando diferencias”.
Praslova alerta que la mayoría de los modelos laborales siguen estandarizados y no contemplan la diversidad cognitiva. “Equipos directivos con más diversidad neurocognitiva serían capaces de gestionar mejor la complejidad y las crisis actuales, pero hoy apenas representan el 1%”.
Cambios simples para grandes impactos
La experta propone cambios pequeños y directos para mejorar el día a día de trabajadores neurodivergentes: plantas en oficinas, salas de descanso con luz tenue y música relajante. Así, las empresas evitarán que estos empleados se sientan marginados y potenciarán su motivación y compromiso.
El colectivo apunta a que estas acciones no solo mejoran la vida laboral de personas neuroatípicas sino que enriquecen la empresa con diversidad de talentos, clave para enfrentar retos actuales.
Por el momento, el Collectif Objectif Neuroinclusion está abierto a nuevas adhesiones y espera sumar más miembros en los próximos meses para impulsar este cambio urgente en el sector empresarial francés.

































