Más de la mitad de los medallistas franceses en los Juegos Olímpicos de 2024 pasaron por el Insep, la institución que desde hace 80 años forma a la élite del deporte nacional. Fundado en 1946 en el Bois de Vincennes, el Instituto Nacional del Deporte, de la Experiencia y del Rendimiento (Insep) es el semillero histórico de campeones como Alain Mimoun, Marie-José Pérec, Tony Parker, Amélie Mauresmo y Teddy Riner, considerado el mejor judoka de la historia.
Creado tras la Segunda Guerra Mundial bajo el nombre de Colegio Nacional de Atletas, el Insep surgió en un antiguo cuartel militar con recursos muy limitados: solo dos pequeñas salas de clase y varias instalaciones exteriores modestas. A pesar de eso, ya en los Juegos de Londres 1948 sus primeros alumnos lograron medallas en atletismo y lanzamiento.
El gran giro llegó después del fracaso francés en Roma 1960, con apenas cinco preseas y sin oros. El presidente Charles de Gaulle impulsó una fuerte inversión para convertir al Insep en la punta de lanza del deporte francés. En 1965 inauguró la halle Joseph-Maigrot, en su momento la mayor sala cubierta de Europa. En 1975 se fusionó con la Escuela Normal Superior de Educación Física para crear la estructura actual.
Hoy, el Insep cuenta con un presupuesto anual aproximado de 38 millones de euros y alberga a 803 deportistas de alto rendimiento junto a 157 entrenadores que representan 24 disciplinas olímpicas y paralímpicas. La educación también es clave: 325 alumnos viven en el internado, 106 menores de 18 años, con clases desde la secundaria.
«Entrar al Insep es un honor. Genera excelencia y ganas de superarse, es inspirador», dijo Florian Rousseau, triple campeón olímpico de ciclismo.
Teddy Riner recordó sus inicios en la institución y la influencia de atletas como Laura Flessel y Ladji Doucouré: «Nos enseñaron que el Insep es nuestra casa». Bajo la dirección desde 2021 de Fabien Canu, doble campeón mundial de judo, el instituto mantiene su estatus de referencia para el deporte francés.
La historia del Insep es la historia misma del deporte galo, desde entrenamientos humildes hasta medallas olímpicas en tiempo récord. En París 2024, más de la mitad de las preseas nacionales tienen el sello de esta institución forjada en la exigencia y la excelencia.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				