Issa Tchiroma Bakary, líder opositor en Camerún, permanece recluido en su residencia de Garoua desde la elección presidencial del 12 de octubre, negando los resultados que dan la victoria a Paul Biya. A casi tres semanas del voto, no ha salido de su domicilio y está protegido por un “cordón de seguridad” doble: decenas de jóvenes seguidores custodian su casa para evitar cualquier intento de detención o ataque.
La acción de Tchiroma recuerda el rechazo sostenido por otro opositor destacado, Maurice Kamto, tras la misma elección. Ambos acusaron fraude y cuestionaron la legitimidad del levantamiento de Biya, quien pese a sus 40 años en el poder mantiene un control férreo del país.
El aislamiento voluntario de Tchiroma y sus partidarios tensiona aún más el escenario político camerunés, dividido entre el oficialismo y una oposición que no reconoce los resultados oficiales. En Garoua, ciudad al norte del país, la situación se mantiene tensa con un despliegue inusual de seguridad privada alrededor del domicilio del opositor.
Desde Yaoundé, fuentes cercanas al gobierno insisten en que la elección fue limpia y rechazan las acusaciones de fraude, defendiendo el mandato de Biya. Sin embargo, la persistencia de figuras como Tchiroma y Kamto obliga a vigilar la posible escalada del conflicto post-electoral que amenaza con desestabilizar la región.
Por ahora, Issa Tchiroma sigue encerrado en su casa, su única salida la comunicación remota. Su reclamo a ser reconocido como “presidente electo” añade presión internacional en un momento en el que Camerún busca afianzar su estabilidad tras años de crisis políticas y sociales.
Seguiremos informando conforme se desarrollen nuevos movimientos alrededor de esta lucha legal y política oficial-oposición que define el futuro inmediato de Camerún.
