Israel confirmó que los dos cuerpos entregados este jueves por Hamas a la Cruz Roja en Gaza corresponden a los rehenes fallecidos Amiram Cooper y Sahar Baruch. La confirmación la hizo el Centro Nacional de Medicina Forense de Israel, informó la oficina del primer ministro en un comunicado.
Con esta entrega ya son 15 los cuerpos restituidos de un total de 28 rehenes israelíes fallecidos, aunque aún quedan 11 cadáveres en Gaza, según el acuerdo vigente para el cese al fuego firmado el 10 de octubre. Hamas justifica la lentitud en la devolución alegando dificultades para recuperar los restos entre las ruinas del territorio palestino, devastado tras años de conflicto.
“El Gobierno de Israel comparte el profundo dolor de las familias Cooper y Baruch y de todas las familias de los fallecidos secuestrados”, dice el comunicado oficial. Agrega que Hamas está “obligada a cumplir con sus obligaciones para con los mediadores y repatriar a los fallecidos” dentro del marco del alto el fuego.
En días recientes, Hamas recibió críticas después de entregar restos parciales que Israel calificó como violación del acuerdo. Científicos forenses israelíes confirmaron que esos restos pertenecían a Ofir Tzarfati, cuyo cuerpo ya había sido devuelto hace dos años, lo que generó confusión y desconfianza sobre futuras entregas.
La tregua quedó en duda tras un ataque que mató a un soldado israelí en el sur de Gaza. Israel respondió con bombardeos nocturnos. Poco después, Hamas anunció que aplazaría la entrega de un cuerpo prevista para el martes, acusando a Israel de violaciones del alto el fuego.
La entrega de cuerpos y la identificación clara de cada rehén muerto son puntos críticos en un contexto extremadamente tenso. La devolución parcial y a cuentagotas de los restos mantienen viva la controversia, mientras el conflicto sigue sumando víctimas y afianzando la fragilidad del frágil cese al fuego en Gaza.
El intercambio de cuerpos es parte esencial de las negociaciones humanitarias que intentan mantener la tregua, pero las recientes acciones violatorias complican el panorama y aumentan la incertidumbre regional.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				